El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sigue como claro favorito para las elecciones del 2 de octubre con una intención de voto del 47% frente al 28% que obtendría el actual mandatario, Jair Bolsonaro, según un sondeo publicado este jueves.
EFE
La encuesta, elaborada por el Instituto Datafolha, indica que la ventaja del candidato del Partido de los Trabajadores (PT) sobre el líder ultraderechista sigue prácticamente estable y se sitúa ahora en 19 puntos frente a los 21 del anterior sondeo de mayo, que entonces dio a Lula un 48% y un 27% a Bolsonaro.
El sondeo, que tiene un margen de error de 2 puntos, reafirma la fuerte polarización entre Lula y Bolsonaro, pues ningún otro candidato consigue superar los dos dígitos de intención de voto.
En tercer lugar está el líder laborista Ciro Gomes, con un 8% de los apoyos (7% en mayo), y por detrás se sitúan una serie de candidatos de centro-derecha que se mueven entre el 1% y el 2 , entre ellos la senadora Simone Tibet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB).
Los votos en blanco y/o nulos continúan en el 7%, igual que en mayo.
El sondeo se realizó entre el miércoles y este jueves a partir de 2.556 entrevistas presenciales en 181 ciudades del país.
El resultado va en línea con el resto de encuestas publicadas hasta la fecha, que también prevén una victoria holgada del exmandatario progresista, en momentos en que la popularidad de Bolsonaro se resquebraja en diversos frentes.
En la víspera, el exministro de Educación Milton Ribeiro y dos pastores evangélicos próximos a Bolsonaro fueron detenidos por sospechas de haber montado una trama corrupta que incluía extorsiones a alcaldes y pago de sobornos para liberar recursos del despacho.
No obstante, un juez de segunda instancia revocó hoy la orden de prisión contra el exministro de Bolsonaro.
El escenario económico también está debilitado, con una inflación de casi el 12 % que ha disminuido de forma aguda el poder de compra de los brasileños y obligado al Banco Central a elevar los tipos oficiales de interés hasta el 13,25 %, su nivel más alto desde diciembre de 2016.
El Gobierno de Bolsonaro ha intentado sin éxito contener el alza de los combustibles, que junto con los alimentos son los productos que más han subido, con varios cambios en la Presidencia de la petrolera estatal Petrobras.
Asimismo, busca revertir el descontento entre los funcionarios, que exigen el reajuste de sus salarios, y los transportistas, que integran la base social de apoyo a Bolsonaro y se han visto afectados por el alza de los hidrocarburos, con medidas que, por el momento, no salen del papel.
Por otro lado, la Administración Bolsonaro también recibió duras críticas este mes por la desaparición y asesinato, en una zona remota de la Amazonía, del experto indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips, cuyos cuerpos sólo fueron hallados días después tras la confesión de un pescador furtivo.
La tragedia traspasó fronteras y llegó hasta la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, que denunció que la respuesta inicial de Brasil para dar con el paradero de Pereira y Phillips fue «muy lenta» y que «incluso hubo algunos comentarios despectivos» por parte de algunas autoridades.
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