Los operativos para erradicar cultivos de hoja de coca están trayendo como consecuencia un aumento de “narcoviolencia” en la selva central. En esta parte del Perú ha incrementado el acoso, las amenazas e intimidaciones de los narcotraficantes hacia líderes indígenas, denunció el pueblo nativo Kakataibo mediante un comunicado divulgado hoy.
“Estos operativos han generado acciones de represalia inmediata de parte de los narcotraficantes instalados en la zona (…) la selva central peruana sufre un incremento de violencia por actividades económicas ilícitas”, alertó en la nota la Federación Nativa de Comunidades Kakataibos (Fenacoka).
Asimismo, la organización reconoció que los operativos policiales y militares para erradicar los cultivos ilegales de hoja de coca, elemento principal de la cocaína, son parte de “un hito importante y el primer golpe real que se le da al narcotráfico” y una acción que “trae esperanza” luego de un “largo proceso de denuncias constantes del movimiento indígena”.
Sin embargo, aseguraron que las autoridades no le han tomado importancia a la advertencia por parte de las organizaciones indígenas sobre “la necesidad de acompañar” las operaciones de erradicación en las zonas cercanas y territorios de las comunidades nativas, además de “una inmediata restitución de los territorios indígenas invadidos”.
“Caso contrario, este tipo de intervenciones parciales dejan a las comunidades que hacen las denuncias expuestas a las represalias de los invasores armados. Cosa que ya está sucediendo”, se visualiza en el documento.
Como prueba del incremento de la “narcoviolencia” en la frontera de los departamentos de Huánuco y Ucayali, la Fenacoka resaltó que los narcotraficantes ya han cobrado la vida de un total de cuatro líderes Kakataibo y que durante el mes de junio, varios de sus comuneros fueron víctimas de actos de violencia e intimidación.
“Uno de nuestros comuneros fue atacado por tres hombres armados, quienes lo golpearon, obligándolo a arrodillarse, para luego exigirle que le revele la ubicación de los líderes quienes ‘trajeron a la Marina a erradicar’, amenazándolo de muerte”, describieron en el comunicado.
De acuerdo con la denuncia, esta situación está afectando a las comunidades nativas de Mariscal Cáceres, Unipacuyacu, Yamino, Puerto Azul y Santa Martha, junto a otras que se ubican en las cuencas de los ríos Aguaytia, San Alejandro y Sungaroyacu.
MEDIDAS DE PROTECCIÓN
Ante este escenario, a pesar de que se insistió en que la “erradicación en comunidades nativas no debe detenerse, debe seguir y ampliarse”, la Fenacoka exigió al Estado tomar medidas para parar la escalada de violencia.
Por un lado, se solicitó la titulación de las comunidades indígenas Kakataibo, la intervención policial en ellas “para salvaguardar la vida de todos sus miembros” y también de “todas las agencias de la cooperación y organizaciones internacionales” que están involucradas en la lucha contra el narcotráfico y la deforestación derivada de la proliferación de las economías ilegales en la Amazonía.
“Les solicitamos que usen todos sus canales de asistencia técnica para garantizar intervenciones que garanticen nuestro derecho a la vida, con desarrollo alternativo, seguridad territorial y verdadera lucha contra la deforestación”, invocó la federación.
Por otro lado, llamó a las autoridades a redireccionar los programas de desarrollo alternativo e “iniciar una investigación para conocer a los autores intelectuales de los actos de amenaza, hostigamiento y asesinatos sufridos por líderes Kakataibo”.
“Brindar una remediación urgente en la zona que incluya la solución a las invasiones de cocaleros que han promovido de manera indirecta. Es urgente el saneamiento legal de los territorios y mayor presencial estatal, a través de proyectos de desarrollo alternativo”, finalizó la organización.