En pleno debate en Estados Unidos sobre el control de las armas y la prohibición del aborto, el presidente estadounidense, Joe Biden, otorgó este jueves la máxima distinción civil del país a algunas de las personalidades que más se han destacado por su lucha en favor de los derechos sociales.
EFE
La Medalla Presidencial de la Libertad sirvió en la actual coyuntura no solo para premiar a 17 iconos de la política, el deporte, los negocios, los derechos civiles o la Armada, sino para hacer hincapié a través de ellos en causas consideradas como prioritarias por su Administración.
La gimnasta Simone Biles y el dos veces ganador del Óscar Denzel Washington fueron dos de los nombres más conocidos de una lista que otorgó tres distinciones a título póstumo: al empresario y cofundador de Apple Steve Jobs, al excongresista republicano John McCain y a Richard Trumka, expresidente de AFL-CIO, la principal asociación sindical del país.
«Vemos aquí a un grupo extraordinario de estadounidenses», señaló Biden, según el cual esta semana en la que el 4 de julio se celebró el Día de la Independencia sirvió de recuerdo sobre el ideal del país y lo que los une a todos como nación: la defensa de una «libertad que brilla como el sol para iluminar el futuro del mundo».
Biles, de 25 años, no necesitó mucha presentación: es la gimnasta más condecorada de la historia estadounidense, con 32 medallas olímpicas y mundiales, y suma a sus logros deportivos su activismo en favor de la salud mental y la seguridad de los atletas, los niños en sistemas de acogida y las víctimas de abusos sexuales.
La joven fue una de las cientos de deportistas que acusó al doctor del equipo olímpico Larry Nassar de abusos sexuales y que puso en el punto de mira un sistema que permitió que el técnico usara su cargo para aprovecharse de ellas. «Habla por quienes no pueden hacerlo», dijo de ella Biden.
Denzel Washington, a su vez, es en su opinión «uno de los principales actores de la historia estadounidense». El también director y productor, que ganó la estatuilla de Hollywood en 2002 como protagonista de «Training day» y en 1990 como mejor actor secundario por «Glory», no pudo acudir a la ceremonia porque enfermó de covid-19.
Decorated athletes and military heroes, artists, civil rights giants, activists and trailblazing representatives, intellectuals, and innovators.
That's America. And these are our 2022 Presidential Medal of Freedom recipients. pic.twitter.com/2MmWFfaDVh
— President Biden (@POTUS) July 7, 2022
RECONOCIMIENTO AL VALOR
La medalla concedida ensalza a personas que han contribuido de forma ejemplar a la prosperidad, los valores o la seguridad de Estados Unidos, y ha sido a través de los años una herramienta con la que honrar a personalidades cuya causa se aliena con las defendidas por el Ejecutivo o como una manera de hacer un guiño al bando contrario.
Es el caso de McCain, fallecido en 2018. Fue senador y candidato republicano a la Presidencia en 2008, año en el que consiguió la victoria Barack Obama, quien a su vez designó como vicepresidente a Biden.
«Nunca dejé de admirarle porque siempre supe de su honor, compromiso y valentía», dijo Biden de McCain.
Especial relevancia cobró además la inclusión de la excongresista demócrata Gabby Giffords, quien en 2011 fue víctima de un atentado en el que murieron por disparos seis personas y que a ella le dejó secuelas, y lleva años trabajando por el control legislativo de las armas de fuego.
Engrosó la lista en un momento en que el que se ha reabierto este debate tras tiroteos masivos como los de Uvalde (Texas) y Buffalo (Nueva York) o el más reciente el pasado 4 de julio en Highland Park, suburbio de Chicago en el que murieron siete personas.
De otra de las condecoradas este jueves, Megan Rapinoe, capitana del equipo estadounidense de fútbol OL Reign, campeona con su selección del Mundial de 2019 y activista por los derechos del colectivo LGTB, se celebró su esfuerzo dentro y fuera del campo y su lucha también en favor de la equidad salarial.
Entre los distinguidos se destacaron también los estadounidenses de origen mexicano Raúl Yzaguirre y Julieta García.
El primero fue presidente de UnidosUS, organización de defensa de los derechos civiles antes llamada Consejo Nacional de La Raza, y García se convirtió como presidenta de la Universidad de Texas en la primera mujer hispana al frente de una institución universitaria en el país.
«Fomentó una cultura de la excelencia para generaciones de estudiantes», alabó de esta última el presidente, que verá en las legislativas de noviembre un primer escrutinio ciudadano a su gestión y que no descarta intentar revalidar el cargo en las presidenciales de 2024.
Con el acto de este jueves, emotivo y breve, Biden pasa a ser el primer mandatario que entrega una Medalla Presidencial de la Libertad y a su vez posee una.
Se la concedió en 2017 Obama por «su fe en sus compañeros estadounidenses, su amor por el país y su vida de servicio, que perdurará».
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