Más mucosidad, tos y dolor de garganta tienen el doble de probabilidades de ser causados por COVID que un resfriado, advirtieron varios expertos infectólogos, en medio de una ola generalizada de infecciones a causa de las nuevas subvariantes de Ómicron BA.2, BA.4, BA.5 y ahora BA.2.75 en todo el mundo.
Según la aplicación de seguimiento de síntomas ZOE del King’s College London se registraron 349.773 casos nuevos el 11 de julio, más que el pico pandémico anterior que ocurrió el 26 de marzo. Esto significa que alrededor de una de cada 15 personas en Gran Bretaña ahora tiene COVID, una estimación más alta de la semana pasada de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) que sugirió que una de cada 25 personas estaba infectada en Inglaterra y una de cada 17 en Escocia. Los síntomas que se deben vigilar incluyen dolor de garganta, congestión nasal y tos seca.
Así, las nuevas subvariantes de Ómicron, especialmente BA.4, BA.5 y la nueva BA.2.75, un desprendimiento de BA.2, también llamada “Centauro” están ampliando su rango de infecciones, poniendo en alerta a los distintos países y generando más complicaciones en el manejo de la actual pandemia por COVID-19. A nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó días atrás que la subvariante BA.4 pasó a estar presente desde el 9 al 12% de las muestras de pacientes secuenciadas en el mundo la última semana reportada. El crecimiento de Ómicron BA.5 fue incluso mayor: pasó a detectarse del 28% al 43% de las muestras de pacientes analizadas.
El profesor Tim Spector, cofundador de ZOE Scientific y científico principal del estudio de salud de ZOE, dijo que las altas cifras deberían hacer que las personas se lo piensen dos veces antes de usar el transporte público o asistir a grandes eventos. “La enfermedad COVID todavía está muy extendida en la población, tanto que si uno tiene síntomas similares a los de un resfriado en este momento, es casi el doble de probable que sea coronavirus más que un resfriado”, aseguró el experto.
“Incluso si las personas han tenido una infección en el pasado y están completamente vacunadas, aún se contagiarán. Aunque todos queremos aprovechar al máximo el buen clima del verano boreal, las personas deberán decidir por sí mismas si vale la pena correr el riesgo de ir a grandes eventos, trabajar desde la oficina o utilizar el transporte público”, agregó. Los expertos dijeron que aunque los casos seguían aumentando, ahora lo hacían más lentamente, lo que indica que las infecciones pronto podrían alcanzar su punto máximo. El aumento de las infecciones está agregando tensión al servicio de salud británico NHS, que está luchando por eliminar una acumulación récord de tratamiento restante de la pandemia.
Las ausencias del personal son altas, ya que han saltado a su nivel más alto en casi tres meses, con un promedio de 22.918 empleados hospitalarios en Inglaterra ausentes cada día de la semana hasta el 6 de julio, un 30% más que la semana anterior. Las admisiones hospitalarias de personas que dieron positivo por Covid también continúan aumentando con casi 14.000 personas hospitalizadas en Inglaterra, un aumento del 20 por ciento desde la semana pasada y cerca del pico alcanzado en la ola Ómicron de primavera.
Las muertes también aumentaron en un 32% a 691 por semana en los últimos 7 días. Pero la cantidad de personas en camas de ventilación en la UCI en todo el país aún es baja. Sin embargo, los niveles de los pacientes están muy por debajo de los observados durante las oleadas del virus anteriores a la vacuna en 2020 y principios de 2021. La ola actual está siendo impulsada por las subvariantes de coronavirus Ómicron BA.4 y BA.5.
Alrededor de 6 de cada 10 pacientes que dan positivo por COVID-19 están siendo tratados principalmente por otra cosa en lugar del virus, pero aún deben mantenerse aislados de otros pacientes, lo que impone más exigencias al personal y los recursos del hospital. En la actualidad, se cree que aproximadamente 2,7 millones de personas en el Reino Unido tienen COVID, según las proyecciones de los expertos.
Las nuevas variantes presentan síntomas muy similares a los de anteriores cepas, como fatiga, tos, fiebre o dolor de cabeza entre los más habituales. Sin embargo, también han comenzado a presentar signos menos comunes como diarrea, dolor agudo de garganta e hipotensión ortostática (mareos súbitos en momentos muy concretos). Otros tantos como la secreción nasal, el dolor muscular, la falta de olfato y gusto o la falta de aire también se mantienen, aunque son mucho menos frecuentes.
Según han aclarado los expertos, estas nuevas subvariantes de Ómicron se transmiten con una menor carga viral. De esta manera, la dificultad para ser detectado por los test de antígenos crece y es habitual que tarde más en ser descubierto.
Por otra parte, los síntomas son mucho más duraderos y se prolongan durante más de una semana. Además, al contrario que con las otras variantes, estas aparecen antes gracias al estímulo temprano del sistema inmunitario, especialmente en aquellas personas que están vacunadas.
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