A sus 95 años, Benedicto XVI ya ha sobrevivido dos veces a su presunta muerte. La última tuvo lugar la semana pasada, cuando una cuenta falsa en Twitter de Georg Bätzing, obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, informaba del supuesto fallecimiento del papa emérito.
Esta falsa noticia se sumó al rumor surgido hace dos años cuando un falso perfil en redes sociales del cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente del episcopado español, daba la supuesta noticia del infundado deceso.
En ambos casos se trató de un engaño planetario orquestado por el periodista italiano Tommasso Debenedetti, amante de apropiarse de identidades ajenas en las redes sociales y de colocar en los medios entrevistas inventadas a escritores y otras personalidades.
Debenedetti ha logrado un enorme alcance con sus mentiras. Incluso el expresidente mexicano Felipe Calderón llegó a lamentar estos días el fallecimiento de Joseph Ratzinger, aunque luego reconoció que había sido engañado, como tantos otros.
https://twitter.com/FelipeCalderon/status/1546655528406974465?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1546655528406974465%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.eltiempo.com%2Fmundo%2Feuropa%2Fbenedicto-xvi-que-se-sabe-de-la-salud-del-papa-emerito-688581
La credibilidad del bulo se explica en parte por la delicada salud del papa emérito, que lleva ya nueve años residiendo en el monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro de los muros vaticanos, y adonde se retiró a vivir “escondido del mundo” una vez concluido su pontificado.
Allí se dedica principalmente a la oración y al estudio bajo los cuidados de su fiel secretario personal, el arzobispo Georg Ganswein, que lo acompaña desde hace 26 años, y de las cuatro laicas consagradas que forman parte de Memores Domini, la asociación internacional de fieles surgida dentro del movimiento Comunión y Liberación.
Las últimas noticias oficiales sobre la salud del anterior pontífice las ofreció su sucesor, el Papa Francisco, en la entrevista que concedió esta semana al canal Vix de Noticias Univision 24/7.
En su conversación con las periodistas mexicanas María Antonieta Collins y Valentina Alazraki, Jorge Mario Bergoglio aseguró que su predecesor “sostiene a la Iglesia con su bondad y su retiro” y que “está quietito orando y todavía estudia”.
El papa argentino contó que va a visitarlo en las fechas importantes o cuando hay algún consistorio, como el que presidirá a finales de agosto, y en esas ocasiones le presenta a los nuevos cardenales, a los que Ratzinger recibe “sonriendo y con sus ojos brillantes”.
Según explicó Bergoglio, Benedicto XVI, que tiene que utilizar una silla de ruedas para desplazarse, habla “muy bajito y no es fácil entenderlo”, por lo que para saber lo que dice hace falta la ayuda de Ganswein.
El propio secretario personal del Papa emérito contribuyó indirectamente a que aumentara la preocupación de la opinión pública sobre la salud del Pontífice alemán al no poder contener la emoción en varias ocasiones en el discurso que, el pasado 18 de junio, realizó en un encuentro organizado por la Fundación Joseph Ratzinger- Papa Benedicto XVI.
En aquella ocasión, un Ganswein entre lágrimas afirmó que el papa emérito se había convertido “en un hombre muy anciano, físicamente frágil, pero cuya mente y ojos, gracias a Dios, todavía están despiertos y brillantes”.
También comentó que los últimos años había “agotado sus fuerzas” y dio muestras de que Benedicto XVI no ha perdido en ningún momento su peculiar sentido del humor.
De hecho, le gusta afirmar que nunca había pensado “que el camino entre el monasterio Mater Ecclesiae y las puertas del paraíso sería tan largo”.
En una entrevista publicada el pasado mes de abril por el semanario Oggi con motivo del 95 cumpleaños del papa emérito, Ganswein ofreció algunos detalles adicionales de su estado de salud y de cómo pasa los días.
“Está débil en el físico, pero la mente le funciona muy bien. Es metódico y el modo en que transcurre sus jornadas no ha cambiado en este último período. Por la mañana concelebra la misa a las 7:30. Luego está en el sillón escuchando música. Ahora ha recuperado la costumbre de dar un paseo por los Jardines Vaticanos”, explicó el arzobispo alemán, anterior prefecto de la Casa Pontificia.
Ganswein confesó entonces que le une a Ratzinger un “lazo personal, además de profesional” y reconoció la amargura que le había provocado al papa emérito la publicación, el pasado mes de febrero, de un informe sobre la pederastia en la Iglesia alemana en el que se afirma que cuando Ratzinger era arzobispo de Múnich y Freising, entre los años 1977 y 1982, sabía de la existencia de algunos casos de abusos sexuales a jóvenes y menores, pero no actuó con suficiente contundencia contra los perpetradores.
También lo defendió el jesuita Federico Lombardi, el que fue su portavoz durante el pontificado y que preside ahora la Fundación Joseph Ratzinger- Papa Benedicto XVI.
Lombardi aclaró que, a diferencia de san Juan Pablo II, Ratzinger no vive la vejez “en el sufrimiento evidente de la enfermedad”, sino en “la oración, la meditación, el diálogo con Jesucristo y la aceptación serena de la creciente fragilidad, a la espera de encontrarse con los seres queridos en la vida eterna”.
¿Qué hizo Benedicto?
Joseph Ratzinger resultó elegido el 19 de abril de 2005 como papa tras el fallecimiento de Juan Pablo II, por los cardenales que votaron en el cónclave.
Pero, el 28 de febrero de 2013 renunció al papado, asumiendo el título de papa emérito, con la intención de dedicarse a la oración y al retiro espiritual.
Su renuncia fue anunciada por él mismo días antes, el 11 de febrero, convirtiéndose en una decisión excepcional en la historia de la iglesia Católica, ya que, si bien el sumo pontífice más próximo que renunció al papado fue Gregorio XII (1415), el precedente de Celestino V (1294) es el único del que puede asegurarse que fue de forma libre y voluntaria.
Su elección generó de inmediato algunas críticas, centradas en su supuesto perfil neoconservador. También se lo acusó de desear restituir la organización y doctrina de la Iglesia a la que tenía antes del Concilio Vaticano II.
Algunos analistas preveían que con él la Iglesia endurecería sus posturas en lo referente a la prohibición del aborto, la homosexualidad, la eutanasia o el uso de métodos anticonceptivos.
Sus partidarios aducen que durante su prefectura solo uno de los procesos abiertos acabó en excomunión: el del arzobispo ultraconservador Monseñor Marcel Lefebvre y destacaron que durante el Concilio Vaticano II fue uno de los más progresistas y propuso reformas novedosas.
El papa emérito también enfrentó una polémica desatada a inicios de este año cuando salió a la luz un informe de una investigación encargada por la Arquidiócesis de Munich sobre cientos de denuncias de agresión sexual ocurridas en el seno de esa institución entre 1945 y 2019.
El reporte concluyó que Benedicto XVI habría tenido conocimiento de al menos cuatro casos de abusos contra menores, cometidos por religiosos bajo su jerarquía cuando se desempeñó como arzobispo de Munich y Freising entre 1977 y 1982, y no hizo nada al respecto.
Los autores del informe acusaron a Ratzinger de no castigar o exponer a los sacerdotes acusados, incluso después de que fueron condenados penalmente.
El papa emérito reconoció que se produjeron “errores” en el manejo de casos de agresiones sexuales cuando era arzobispo de Munich y pidió perdón, pero recalcó que él no cometió ningún delito.Desde septiembre de 2020, Benedicto XVI es el pontífice más longevo de la historia moderna.
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