Tal como lo anunció en campaña, el presidente de Colombia, Gustavo Petro les dio un giro de 180 grados a las relaciones internacionales. Sin importar los amargos antecedentes con Venezuela, Cuba y Nicaragua, el nuevo mandatario ya tendió puentes con dichos gobiernos. Petro forma parte de una izquierda ideológica que también es dominante en esos países, así lo reseñó la Revista SEMANA de Colombia.
El presidente colombiano, tiene intenciones políticas y comerciales con sus nuevos aliados. Sin embargo, sus planes traen consigo un gran desafío, dado que la comunidad internacional tiene bajo la lupa a esos regímenes por violación a los derechos humanos.
Con Venezuela, el restablecimiento de las relaciones parece tener más forma. El solo nombramiento de Armando Benedetti como embajador ante Caracas demostró el nivel de importancia que le otorga Petro a la diplomacia con el vecino país. Benedetti es hoy uno de los principales consejeros del presidente.
Recientemente, Petro y Nicolás Maduro conversaron telefónicamente y esos primeros diálogos ya dejan resultados: los gremios de ambas naciones avanzan en conversaciones y este jueves, en Cúcuta, se dieron cita los embajadores y los empresarios colombianos y venezolanos.
Entre Bogotá y Caracas hay una agenda que no se cumplirá en menos de seis meses. La idea es que el restablecimiento sea gradual y, en su punto máximo, el flujo comercial pueda llegar hasta los 10.000 millones de dólares.
“La política internacional, sin duda, lleva sus tiempos”, dijo el gobernador de Táchira, Fredy Bernal. Francisco Santos, exembajador de Colombia en Estados Unidos, le dijo a SEMANA que Petro está dejando por fuera a la mitad de los venezolanos en medio de su plan. Se refirió de esa manera al líder Juan Guaidó y a la Asamblea Nacional de Venezuela.
Santos insistió en que Petro tiene en sus manos la posibilidad de obtener un gran triunfo diplomático si su único interés es comercial y garantizar que al otro lado haya democracia. De lo contrario, buscaría “darle un oxígeno a la dictadura de Nicolás Maduro”.
“Petro debe jugar a fondo para que las elecciones de Venezuela en 2024 sean transparentes; se conforme un consejo electoral nuevo y se libere a los presos políticos”, sostuvo. Pero si eso no ocurre, según el exembajador, “lo único que hará Petro es dejar a un dictador que va a joder a Colombia durante los próximos 30 años y eso sería imperdonable”.
Pero esas exigencias a Venezuela tendrán poco futuro. La diputada Ilenia Medina, cercana al régimen de Maduro, le anticipó a SEMANA que para que se dé el restablecimiento de relaciones “no deben existir condicionamientos de las partes”.
Es decir, lo más probable es que el nuevo Gobierno, al menos en esta primera parte de la negociación, se centre en lo comercial y obvie asuntos delicados como la presencia de disidencias de las Farc y del ELN en Venezuela.
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