La Guardia Nacional mexicana, con equipos antimotines, cerró este lunes el paso a la caravana de migrantes que pretendía ingresar al Centro de Atención Integral al Tránsito Fronterizo de Huixtla (CAIFT), en el sureste mexicano.
Este grupo, que salió el domingo de Tapachula, en la frontera de México con Guatemala, llegó a Huixtla este lunes cerca de las 12.00 hora local (17.00 GMT), pero se topó con el muro militar en el acceso principal del CAIFT.
Víctor Manuel Hernández, miembro de la Guardia Nacional, les informó a los migrantes que las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) no iban a atender en ese momento sus demandas.
A pesar de ello, los migrantes insistieron en recibir atención, por lo que se establecieron fuera de la caseta migratoria en grupos pequeños a la espera de una respuesta o de que reciban a un grupo de cinco voceros.
Keider Escalona, migrante de Venezuela, criticó que las autoridades mexicanas están poniendo muchos obstáculos para poder salir del país, ya que él tiene tres meses de tratar de desplazarse al norte de México.
“Ha sido muy difícil por no tener dinero y por no tener una familia que me mande para poder pasar, se me ha hecho difícil, la única manera en la que hemos podido nosotros transitar libremente es través de esta concentración con mucho esfuerzo”, comentó a Efe.
La venezolana Yudi Pérez, quien viaja con su familia, indicó que lo único que están pidiendo es el libre tránsito y que les otorguen el permiso, ya que no se quieren quedar en México, sino llegar a Estados Unidos.
Los migrantes que hacen parte de la caravana llegaron agotados, con ampollas y algunos con desesperanza de seguir porque las autoridades mexicanas ni siquiera los escuchan.
“Vamos bastante agotados, lesionados, los niños enfermos con fiebre, nos han caído lluvias en medio de la caminata, hemos tenido apoyo solo de los periodistas. Exigimos que nos faciliten el acceso a los permisos para Monterrey (ciudad del norte de México)”, expuso el venezolano Eduardo Balero.
Otros grupos tomaron autobuses para seguir avanzando al estado de Oaxaca, aunque dejando atrás a grupos vulnerables como mujeres y niños.
Las caravanas reflejan un flujo migratorio récord a Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha interceptado a más de 1,7 millones de personas en lo que va de año fiscal 2022, que se inició en octubre pasado.
El Gobierno de México también ha recibido críticas por su trato a los migrantes, incluyendo el despliegue de casi 30.000 miembros de las Fuerzas Armadas en sus fronteras norte y sur para tareas migratorias.
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