Meghan Markle solicitó una reunión personal con el rey Carlos III para “aclarar las cosas” antes de que ella y el príncipe Harry abandonen el Reino Unido tan pronto como puedan para ver a sus hijos, Archie (tres) y Lilibet (uno), que se quedaron en California.
“A ella le gustaría, antes de que regresen a California, tener una audiencia individual con el rey Carlos III”, dijo Neil Sean. “Así es, Meghan cara a cara con el rey Carlos III”.
Sean afirmó que su fuente le dijo que la duquesa de Sussex, de 41 años, hizo la solicitud en una “carta formal” y que la reunión serviría como “una oportunidad para aclarar las cosas” .
Y agregó: “Ahora tienes que admirar la fe en sí misma de Meghan, sin importar lo que pienses”.
Sean admitió que “no tenía idea” si la reunión iba a realizarse, pero afirmó que la ex actriz fue “muy valiente” en buscar ese momento privado con el nuevo monarca.
La reunión se produciría durante los últimos días Markle y el príncipe Harry, de 38 años, en Londres tras asistir al funeral de la reina Isabel II con el resto de la familia real.
En honor a la reina, Markle usó los aretes de perlas y diamantes que la difunta monarca le había regalado, así como una versión en otro color del vestido de Stella McCartney que usó para su 92 cumpleaños.
El elegante conjunto se adhirió al código de vestimenta del funeral, que requería vestidos o abrigos negros hasta la rodilla, junto con sombreros negros y velos.
Pero este martes Carlos III viajó a Escocia con Camila. La prensa inglesa señala que el Rey quiere sanar su relación con su hijo y Markle, por lo que es “muy poco probable” que ignore tal solicitud si sucediera, dijo una fuente al Daily Mail.
El nuevo monarca también intervino para asegurarse de que Harry pudiera usar uniforme militar cuando custodiara el ataúd de Su Majestad en Westminster Hall el sábado y puso a los Sussex en el centro de atención en el funeral de Isabel II.
Fuentes reales señalaron que sería “muy poco probable” que Meghan moleste a Carlos III mientras llora a su madre después del funeral y mientras lidia con sus primeros días en el trono.
Otro informante dijo que sería “extraño” que la duquesa escribiera formalmente al rey directamente para una reunión, dado que Harry tendría un camino directo hacia su padre.
Los Sussex están en Windsor después del entierro de la reina. Pero se espera que se vayan a Los Ángeles lo antes posible.
El lunes, el príncipe William y Harry dejaron de lado su enemistad por un frente unido para recordar a la monarca.
El príncipe de Gales asistió con su esposa, Kate Middleton, y sus dos hijos mayores, el príncipe George y la princesa Charlotte, que se mostró muy emocionada en el funeral de su bisabuela.
Al final del día, el duque de Sussex y otros miembros de la realeza, incluido el rey Carlos III y la reina consorte, Camila, fueron fotografiados saliendo de la capilla de San Jorge en Windsor después del entierro de la monarca, que falleció el 8 de septiembre a los 96 años.
Los restos de Isabel II fueron inhumados junto al príncipe Felipe, su amado esposo durante 73 años, y cerca de su hermana, la princesa Margarita, y sus padres, en una capilla de la iglesia del castillo de Windsor, poniendo fin a los homenajes fúnebres por la reina fallecida hace 11 días.
“La reina fue enterrada junto al duque de Edimburgo, en la capilla del memorial del rey Jorge VI” en una ceremonia privada reservada a los familiares más cercanos, anunció un comunicado de la familia real británica difundido en su web oficial.
Dias atrás, William y Harry también caminaron juntos detrás del ataúd de la reina Isabel II en Londres camino a a la Abadía de Westminster para su funeral de estado.
Los expertos reales esperan que Harry y William estén dando los primeros pasos para dejar atrás su problemática relación.
Los temores sobre el contenido de las próximas memorias de Harry continúan ensombreciendo su relación, especialmente después de la entrevista explosiva que él y Meghan le dieron a Oprah Winfrey en marzo de 2021 cuando ellos acusó a un miembro de la realeza de racismo.
La tensa relación entre ellos comenzó en 2019 cuando Harry y Meghan se mudaron, pero su enemistad se profundizó en medio de las consecuencias de la salida de los duques de Sussex de la familia real y posterior mudanza a California.
Pero la muerte de Isabel II ha hecho que dejen de lado sus diferencias.