Varias películas de ciencia ficción lo imaginaron en sus guiones y lo plasmaron en la pantalla grande. Pero hoy la ciencia lo logró: impactar un asteroide para desviar su curso, un fascinante suceso que se pudo observar en directo por el canal oficial de la misión de la NASA.
Si bien aquí no hubo una amenaza latente de choque contra la Tierra, ni un reloj con cuenta regresiva que mida el tiempo que le queda a los seres humanos antes de ser aniquilados, los científicos de la NASA deseaban probar la última tecnología disponible para desviar un objeto potencialmente peligroso con dirección directa hacia nosotros.
Lanzada el 24 de noviembre último, la nave espacial DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA hizo historia esta noche al ser la primera misión del mundo en golpear un asteroide en el espacio y así probar técnicas de defensa planetaria activa. Ocurrió todo a las 20.14 hora argentina (23.14 GMT).
IMPACT SUCCESS! Watch from #DARTMIssion’s DRACO Camera, as the vending machine-sized spacecraft successfully collides with asteroid Dimorphos, which is the size of a football stadium and poses no threat to Earth. pic.twitter.com/7bXipPkjWD
— NASA (@NASA) September 26, 2022
DART impactó en la pequeña luna asteroide Dimorphos, que orbita a un compañero más grande, Didymos, en un sistema de asteroides binarios para cambiar su período orbital. Lo que los expertos llaman impacto cinético. Los dos cuerpos están situados a unos 11 millones de kilómetros de la Tierra, por lo que no representan ninguna amenaza concreta para nuestro planeta. Pero la NASA ha enfatizado la importancia de planificar ahora, para prepararse para un escenario aterrador en el futuro.
Al ser relativamente pequeños ambos asteroides, los telescopios ópticos terrestres los ven como un único punto de luz que fluctúa en brillo. El intervalo de esas fluctuaciones cambiará después del impacto de DART.
“El sistema Didymos es demasiado pequeño y está demasiado lejos y se lo observa como un punto de luz. Pero podemos obtener los datos que necesitamos midiendo el brillo de ese punto de luz, que cambia cuando Didymos rota y Dimorphos orbita”, señaló Andy Rivkin, uno de los científicos del equipo DART. Según el investigador, los cambios en el brillo indican cuándo la pequeña luna Dimorphos pasa por delante o queda oculta detrás de Didymos. Estas observaciones ayudarán a los científicos a determinar la posición exacta de ambos asteroides y el tiempo de impacto para maximizar el efecto de desviación tras el choque.
Un objetivo ideal
Elegir el objetivo correcto fue esencial para probar esta capacidad humana. La NASA y el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, que están trabajando juntos en la misión, dijeron que había algunas cosas que hacían que el sistema binario de asteroides fuera ideal para esta misión crítica.
“El sistema Didymos es un binario eclipsante, lo que significa que desde nuestra posición ventajosa en la Tierra, Dimorphos pasa regularmente por delante y por detrás de Didymos mientras orbita”, describieron los funcionarios de JHUAPL a cargo del experimento. Debido a que el dúo es relativamente fácil de observar desde la Tierra, los telescopios de nuestro planeta pueden ver cualquier cambio en el brillo que ocurra cuando la pequeña luna orbite alrededor del asteroide padre. Estas variaciones revelan el tiempo que tarda Dimorphos en orbitar a Didymos. Cualquier cambio en la situación actual indicará que DART logró alterar la órbita de Dimorphos, al menos un poco.
Los detalles de una misión única
DART, que navegó por el espacio por 10 meses, se estrelló a una velocidad de aproximadamente 27.760 kilómetros por hora (6,6 kilómetros por segundo) contra la pequeña luna asteroide Dimorphos, de unos 160 metros de diámetro, que orbita a un compañero más grande, Didymos, de 780 metros de diámetro, en un sistema de asteroides binarios para cambiar su período orbital.
Dart es una nave de 500 kilos de peso con forma de cubo, de 1.14 metros de ancho, 1.24 metros de alto y 1.32 metros de profundidad. Tiene 2 paneles solares que alcanzan un ancho de 12.5 metros cuando se despliegan.
Mientras que el asteroide Didymos mantendrá prácticamente intacto su movimiento alrededor del Sol, se espera que la colisión desvíe la órbita del pequeño asteroide Dimorphos de manera sensible pero inconfundible, una fracción de un 1 por ciento, lo suficiente como para que se pueda medir con radares y telescopios terrestres. Los investigadores tendrán la posibilidad de ver de cerca el sistema de asteroides Didymos, aunque sea brevemente, gracias al generador de imágenes DRACO a bordo de DART y un CubeSat, LICIACube de la Agencia Espacial Italiana que grabará el impacto.
DRACO introducirá sus imágenes en el algoritmo de navegación en tiempo real autónomo (SMART Nav), un sistema que, en las últimas horas de la nave, guiará a DART de manera precisa y automática. Aunque ninguno de los asteroides representa una amenaza para la Tierra, la colisión con Dimorphos permitirá a los investigadores demostrar la técnica de deflexión junto con varias tecnologías nuevas y recopilar datos importantes para mejorar nuestras capacidades de modelado y predicción de la deflexión de asteroides.
“Esas mejoras nos ayudarán a prepararnos mejor en caso de que un asteroide sea descubierto como una amenaza para la Tierra”, sostiene la NASA. “Es algo verdaderamente histórico. Me emociona que estemos moviéndonos de algo que se veía como ficticio y estemos tomando un paso para hacerlo más real”, dijo este lunes Nancy Chabot, una de las principales investigadoras que trabajan en la nave DART, cuyo desarrollo y construcción asciende a los 330 millones de dólares.
Chabot contó cómo de pequeña creció apasionada por la ciencia ficción, como la película Armagedón, donde el personaje protagonizado por Bruce Willis forma parte de una misión para destruir un asteroide que se acerca a la Tierra. La gran diferencia entre lo que planteó Hollywood y la misión en la que se embarca Chabot y el grupo de científicos de la NASA es que la meta es “desviar, no destruir”. “No es explotar el asteroide en millones de pedazos, sino darle un pequeño empujón”, explicó la investigadora.
Chocar contra este sistema y no contra una roca espacial solitaria hace que sea mucho más sencillo y rentable para los investigadores analizar el impacto de la colisión, comprobar que en efecto logró desviar su trayectoria y de qué manera. La misión DART forma parte de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA, fundada en el 2016 con el objetivo de detectar y estudiar los objetos cercanos a la tierra, categoría que engloba asteroides y cometas que orbitan el sol. La oficina ha identificado un 95% de todos los objetos cercanos que tienen más de un kilómetro de diámetro y alrededor de un 50% de aquellos que miden menos de 900 metros.
El impacto de un asteroide más reciente contra la tierra fue registrado en el 2013 en Rusia, cuando un objeto de 20 metros de diámetro entró en la atmósfera de la Tierra. Explotó antes de tocar la superficie, generando una onda expansiva que dejó 1.500 heridos y dañó 7.200 edificios en seis ciudades distintas. La NASA aseguró que actualmente no tiene en su radar algún objeto que pueda representar una amenaza directa contra la Tierra por los próximos 100 años.
En 2024, una nave espacial europea llamada Hera volverá a recorrer el camino de Dart para medir los resultados del impacto. Según Chabot, aunque el empujón que se pretende dar a la luna sólo cambiará ligeramente su posición, con el tiempo se producirá un cambio importante.
“Así que, si se va a hacer esto para la defensa planetaria, habría que hacerlo con cinco, 10, 15, 20 años de antelación para que esta técnica funcione”, dijo. Incluso si Dart falla, el experimento proporcionará una valiosa información, dijo la ejecutiva del programa de la NASA Andrea Riley. “Esta es la razón por la que hacemos pruebas. Queremos hacerlo ahora y no cuando haya una necesidad real”, concluyó la experta.
Infografías: Marcelo Regalado
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