“Todavía es una situación muy peligrosa”, advirtió Ron DeSantis, gobernador de Florida, para indicar que ni el riesgo mayor terminó cuando el huracán Ian tocó tierra ni se limitará a la costa oeste de la Florida. “Habrá daños en todo el estado. Creo que puede llegar a ser categoría 5, pero en principio es una fuerte categoría 4″.
Subrayó que los residentes que no estén en la zona de desastre no tienen que bajar la guardia: “Quienes estén en otros lugares tienen que estar preparados. Va a haber vientos huracanados en el centro del estado y anticipamos graves inundaciones en el noreste”. Nombró algunos de los lugares de la costa atlántica que acaban de dar órdenes de evacuación, entre ellos la ciudad más antigua de los Estados Unidos, St. Augustine, y las instalaciones de la NASA. “Estos sitios están a cientos y cientos de millas del lugar del impacto de Ian, y, sin embargo, tienen que evacuar”, ilustró.
DeSantis pidió al gobierno federal la declaración de “desastre grave”, por lo masivo de la tormenta y sus consecuencias. “Es mucho, mucho, mucho más grave que Charley”, dijo, en referencia al huracán categoría 4 que causó devastación en el estado, entrando casi por el mismo punto en 2004.
La preocupación principal, tanto de los residentes como de los expertos y los funcionarios, son las marejadas ciclónicas y las inundaciones. “En este momento el centro de Naples está anegado”, dijo DeSantis. “Las olas llegaron a 12 pies (3,6 metros) pero los meteorólogos creen que ese ha sido el pico más alto”. No obstante, insistió, “es una gran tormenta y se va a mover por el estado”.
El republicano agregó que a las 6 de la tarde del miércoles 28 había 1.1 millones de hogares sin luz. “Esa cifra va a crecer”, dijo. “Vamos a ver más apagones a medida que la tormenta avance hacia el Atlántico”.
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