La primera ministra británica, Liz Truss, que se encuentra en el punto de mira desde que anunciase sus políticas económicas, ha defendido este miércoles la idea de bajar los impuestos para hacer frente a la crisis económica y ha insistido en que sus prioridades económicas se resumen en una sola palabra: “crecimiento”.
Durante su esperado discurso en el marco de la conferencia del Partido Conservador en la ciudad de Birmingham, la premier británica ha recalcado que “bajar los impuestos está bien a nivel moral y económico” aunque ha admitido que “cuando hay cambios, hay problemas” dado que “no todo el mundo piensa igual”.
Así, ha resaltado que “cree en la responsabilidad fiscal” y ha expresado la necesidad de “dar valor al contribuyente” en un evento que se ha visto interrumpido por la aparición de dos activistas de la organización Greenpeace, que han protestado contra las políticas medioambientales del Gobierno.
Las activistas, que han criticado las acciones del Ejecutivo respecto a la práctica del fracking para extraer combustible, han portado una pancarta que rezaba “¿quién votó por esto?”, si bien han sido expulsadas rápidamente del evento entre abucheos de los conservadores mientras el personal de seguridad le arrancaba las credenciales que llevaban.
Rebecca Newsom, jefa de asuntos públicos de Greenpeace y una de las manifestantes expulsadas de la conferencia del Partido Conservador, dijo a los periodistas que “este año realmente sentimos que necesitábamos hacer una intervención porque nadie votó por mucho de lo que Liz Truss y su Gobierno está tratando de hacer en este momento”.
“Nadie votó por el fracking, nadie votó por recortar los beneficios, nadie votó por destruir la naturaleza, nadie votó por desechar los derechos de los trabajadores”, dijo.
Truss, por su parte, ha seguido con su discurso y ha abogado por “reducir la deuda” e impulsar una reforma económica. “Me gustan los negocios. Me gusta la gente que asume responsabilidades, que emprenden. Quiero ver más de eso”, ha añadido.
Además, ha recordado que el país atraviesa un momento “crucial”, días “tormentosos” en los que “se llora la pérdida de la reina Isabel II, la piedra angular sobre la que se construyó el Reino Unido moderno”.
“Ante estos tiempos difíciles, debemos levantarnos”, ha aseverado antes de afirmar que la población “sabe cómo gastar su dinero”. “De esto trata el conservadurismo; es la fe en la libertad, la justicia y el potencial del pueblo británico”, ha puntualizado.
En este sentido, Truss ha indicado que cuando llegó a Downing Street sintió que “no era una opción quedarse sin hacer nada”. “Las familias podrían no tener cómo calentar sus hogares. Los negocios y los trabajos se pueden perder”, ha continuado.
Sobre la cuestión del Brexit, se ha comprometido a cumplir sus promesas y ha matizado que de cara a finales de año el asunto “pasará a ser historia”. “El Brexit permitirá a Reino Unido hacer las cosas diferentes”, ha aclarado.
Truss ha destacado a su vez que el país está “incrementando su seguridad energética al ser más independiente de regímenes autoritarios”, una clara referencia a Rusia en plena invasión de Ucrania, y ha señalado que, en materia migratoria, la nueva ministra del Interior, Suella Braverman, es “brillante”.
Según una encuesta de YouGov, Truss cuenta con una menor aprobación que el ex primer ministro Boris Johnson y el antiguo líder de los laboristas Jeremy Corbyn en sus peores momentos.
La situación ha llevado a los conservadores a barajar la posibilidad de reemplazarla en el cargo si sus resultados en las encuestas no mejoran. El martes, el exministro de Transporte Grant Shapps señaló que cuenta con diez días aproximadamente para “lograr un giro de 180 grados”.
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