La confirmación de la vuelta a las negociaciones de México por parte del régimen de Nicolás Maduro en un comunicado firmado por Jorge Rodríguez, no dejó pasar la oportunidad de confirmar que Camilla Fabri, exmodelo italiana devenida a activista por la liberación de su esposo Álex Saab, será parte de la delegación chavista.
A inicios de septiembre se conoció de la futura presencia de Fabri en el grupo liderado por Rodríguez. De hecho, la inclusión de la ex modelo en la delegación fue una de las pocas cosas que acordaron las partes desde su última reunión en mayo.
Desde la extradición a Estados Unidos de Saab, Camila Fabri permanece en Caracas bajo la protección y vigilancia del régimen madurista. La italiana, nombrada como «defensora de derechos humanos» por la dictadura de Venezuela, es prófuga de la justicia de su país, donde se la investiga por corrupción y lavado de dinero vinculado a los negocios del empresario barranquillero preso en Florida.
Vida de lujos junto al testaferro
Fabri saltó a la palestra en 2019 cuando la justicia italiana le incautó una serie de lujosos bienes, como parte de un seguimiento a los sospechosos movimientos de su millonaria cuenta bancaria. La socialité había comenzado a mostrar un nivel de derroche que no se correspondía con su sueldo de 1.800 euros al mes. Su nivel de gastos era extremadamente alto, manteniendo un alquiler de 5.800 euros al mes y una camioneta Range Rover valorada en 55 mil euros.
Fue en 2018 cuando su nivel de vida se elevó notablemente al comprar un apartamento en el cuarto piso de la Via Condotti, una de las calles más chic de Roma. El inmueble está valorado en alrededor de 4,8 millones de euros, según reportó la prensa italiana.
En ese momento, las autoridades de su país le incautaron un departamento de lujo, obras de arte y un aproximado de 1,8 millones de euros a su nombre.
El rastreo que hizo la fiscalía italiana a Fabri, develó que el dinero provenía del Reino Unido, transferido por Kinlock Investment, una compañía dirigida por el novio de su hermana, Lorenzo Antonelli, quien, al igual que la esposa de Saab, también está prófugo de las autoridades italianas.
Antonelli también actuó como testaferro de Saab formando parte de las firmas creadas por Saab en su trama para lavar el dinero de la corrupción venezolana. El cuñado de Fabri era la cabeza de Adon Trading FZE y de otras compañías del conglomerado de empresas creado por Saab, entre ellas Asasi Food FZC, Marilyns Proje Yatirim y Glemore Proje Insaat.
En abril de este año también se conoció que Arianna y Patrizia Fiore, tías de Camilla Fabri, fueron detenidas en Roma por vinculaciones con una trama de lavado de dinero dirigida por el llamado testaferro del dictador Nicolás Maduro.
Las autoridades italianas llevaron a cabo esas capturas tras una orden de aprehensión emitida, además de contra las dos mujeres, también contra su sobrina Camilla Fabri y Lorenzo Antonelli, esposo de la hermana de Fabri, quien también se encuentra fuera de Italia.
Las dos detenidas, de 47 y 45 años respectivamente, pasan a arresto domiciliario. Todos fueron imputados por asociación delictuosa y diversas causas relacionadas a blanqueo de capitales, autoblanqueo y transferencia fraudulenta de activos.
Las órdenes de captura surgieron de una investigación compleja iniciada hace tres años. Allí se mezclaba un escándalo de la ayuda humanitaria para Venezuela, con cuentas en países complacientes que resguardaban el inmenso capital de Álex Saab. Según reportó Corriere della Sera Saab se apoderó de parte de los fondos destinados para ayudar a la población, los hizo pasar por Italia y luego lo escondió en Rusia y otros paraísos fiscales.
Los 1,8 millones de euros incautados previamente en una cuenta vinculada a Fabri, es la misma suma que se habrían embolsado sus dos tías en su intento de blindar el origen ilícito del dinero.
¿’Secuestrada’ por Maduro?
Mientras duró el largo proceso legal para extraditar a Álex Saab hasta los Estados Unidos, su actual esposa, la modelo italiana Camila Fabri, mantuvo un perfil reservado. De hecho, su paradero no era conocido con exactitud.
Algunos reportes la ubicaban instalada en Moscú, la capital de Rusia, desde hacía meses. Por esto su sorpresiva llegada a Caracas a mediados de octubre fue sorpresiva. La familia de Saab, su esposa y al menos tres hijos, estarían bajo el poder del régimen chavista. En su aparición en un acto público, Fabri lució incómoda y reiteró que, supuestamente, su esposo no colaborará con EEUU.
Antes Fabri había intentado visitar a su esposo mientras estuvo en Cabo Verde. Las autoridades, sin embargo, no aprobaron las visas a tiempo. Medios caboverdianos reportaban que se trataba de una maniobra política para presionar al pequeño país insular.
En Venezuela Fabri se ha dedicado a encabezar mítines sin mayor asistencia en los que exige a Estados Unidos la liberación de su esposo y en donde repite insistentemente que Saab no cooperará con la justicia de ese país.
“Álex Saab jamás se doblegará. Siempre hemos sido una familia muy, muy unida. Como él está secuestrado, nosotros también lo estamos”, agregó. Incluso, leyó una carta escrita por su pareja en la cual supuestamente se niega a colaborar con la justicia norteamericana. “No tengo nada que colaborar con Estados Unidos y no he cometido ningún delito. No nos permitamos ser derrotados”, decía parte del texto.
“Declaro que estoy en pleno uso de mi razón, que no soy suicida, por si acaso me asesinan y dicen que me suicidé, algo que nunca haría”, declaró Fabri durante un acto realizado desde la plaza Bolívar de Caracas.
La ahora «defensora de derechos humanos» de la delegación chavista en México, buscada internacionalmente por la justicia italiana y protegida por el régimen de Nicolás Maduro, se sentará a discutir temas claves del futuro de Venezuela, sólo por ser esposa de Álex Saab.
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