China atraviesa nuevamente un brote de coronavirus que lo ha llevado a restablecer las estrictas políticas de Covid Cero. Esto, sin embargo, le ha costado múltiples críticas y una ola de manifestaciones en diversas ciudades, en las que los habitantes reclaman en contra de las limitaciones de circulación y el testeo obligatorio que les son impuestos.
En este contexto, el último jueves, un incendio en la ciudad de Urumqi -capital de Xinjiang– avivó las protestas. Las llamas, que comenzaron sobre las 19:49 hora local en el piso 15 de un edificio residencial, se cobraron la vida de al menos 10 personas que, según afirman en las redes sociales, se quemaron vivas, ya que no pudieron abandonar sus hogares por las restricciones.
Algunos afirman que fue el simple temor por los castigos lo que los llevó a permanecer en sus departamentos, mientras que, en las redes, han circulado videos en los que se ve cómo el régimen había trabado las puertas para evitar que los habitantes rompieran con el aislamiento dispuesto.
Xinjiang está inmersa en un confinamiento de cien días con el fin de contener la propagación del virus.
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El fuego rápidamente se extendió hasta la planta 17 del inmueble en el distrito de Tianshan y llevó cerca de tres horas de trabajo de los bomberos y los equipos de rescate, que recién a las 22:35 horas pudieron dar por concluido su trabajo. Las dificultades en el operativo se debieron, a su vez, a que una serie de automóviles eléctricos descargados por el desuso de los confinamientos habían quedado en las calles y bloquearon el paso del camión hidrante. Inclusive, videos muestran cómo el agua no lograba alcanzar las llamas del edificio.
La investigación preliminar realizada en la vivienda donde se originó el siniestro determinó que la causa fue un cortocircuito del tablero de energía en el dormitorio de la familia.
Según fuentes oficiales, 10 personas perdieron la vida -entre ellas, tres niños- y nueve resultaron heridos y fueron trasladados a centros hospitalarios por inhalación de humo. Sin embargo, en las redes sociales la cifra de muertos aumenta a más de 40.
Ante este lamentable hecho, los vecinos de la ciudad salieron a las calles en señal de rebelión contra los confinamientos y reclamando un cambio en las políticas del régimen. “Acaben con el bloqueo”, “levanten los confinamientos” y “levántense los que se niegan a ser esclavos” fueron los cánticos que acompañaban a las mareas de personas que con sus puños en alto se enfrentaron a la policía.
Un grupo se dirigió directamente hacia la oficina del gobierno local de Urumqi. Estas imágenes se replicaron en diversas ciudades de todo el país.
Estos hechos llevaron a las autoridades a censurar el contenido que, al cabo de unos minutos, ya circulaba en Internet, eliminando los posteos y sus comentarios.
Un usuario recordó otros accidentes ocurridos desde el 2020 en condiciones similares y escribió: “Yo fui el que saltó del edificio, yo fui el que estaba en el autobús volcado, yo fui el que salió de Foxconn a pie, yo fui el que murió congelado en el camino, fui yo quien no tuvo ingresos durante meses y no podía permitirse un panecillo de verduras, y fui yo quien murió en el incendio. Incluso si ninguno de estos fuera yo, la próxima vez podría ser yo”.
Por su parte, la policía local brindó una conferencia de prensa en la cual desmintió las versiones que sugerían que las restricciones contra el coronavirus habían obstaculizado de alguna manera la salida de los residentes del edificio y aseguraron que no se encontraron puertas ni pisos cerrados con alambre ni bloqueos que impidieron abrir las puertas.
El rescate se vio complicado por “la falta de espacios de estacionamiento y un gran número de vehículos privados a ambos lados” de una calle estrecha que lleva al edificio, comentó el jefe de bomberos locales, Li Wensheng.
También, la policía detuvo a una mujer de 24 años de apellido Su, quien había “propagados rumores en Internet” sobre el número de víctimas del siniestro; enfrenta una pena de 10 días de cárcel.
A partir de este hecho y las posteriores protestas, las autoridades entendieron que no bastaría con sus declaraciones para calmar la ira pública, por lo que indicaron que la ciudad “básicamente redujo a cero las transmisiones sociales” y “restaurará el órden normal de vida para los habitantes en zonas de bajo riesgo de manera ordenada”.
En otras ciudades de China aún se mantienen los estrictos confinamientos y los constantes testeos, tal como en la ciudad de Zhengzhou, foco de una de las principales manifestaciones por las malas condiciones laborales que derivaron de estos hechos.
Las restricciones arbitrarias y mal administradas han derivado en una fuerte frustración de las personas. Las autoridades habían anunciado a principios de este mes que los requisitos de prueba y cuarentena se relajarían pero un número récord de casos poco después llevó a muchas ciudades importantes a confinar a millones de personas en sus hogares, aplastando las esperanzas de una reapertura gradual.
(Con información de EFE, AFP y Europa Press)
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