El papa emérito Benedicto XVI, quien falleció a los 95 años de edad este sábado luego de que su estado de salud se agravara en las últimas horas, desde su elección generó polémicas que le dieron la vuelta a todo el mundo.
Joseph Ratzinger, su nombre de pila, recibió bastantes críticas. Varias personas lo tachaban de ‘duro’ y ‘conservador’. Rechazó cualquier reforma de la Iglesia en materia de aborto, homosexualidad, divorcio y eutanasia.
En sus ocho años frente al Vaticano, entre 2005 y 2013, enfrentó varios escándalos como denuncias de pederastia que involucraban a sacerdotes en varios países y que estallaron en su período como papa. Se le señaló, a su vez, de encubrir a algunos de los responsables y mantener un silencio cómplice frente a las denuncias.
Luego de nueve años, tras el fin de su pontificado, Benedicto XVI pidió perdón a las víctimas de abusos sexuales, pero rechazó haber encubierto casos en Múnich, como decía una investigación.
El papa, el 265 de la historia y el sexto alemán, estuvo envuelto también en el escándalo de los ‘vatileaks’ que salió a la luz durante los últimos días de enero en el 2012. Esto ocasionó una división interna de la Iglesia católica.
El escándalo que generó la discusión fue la aparición de varios informes comprometedores destinados al pontífice alemán en los que se hablaba de corrupción y divisiones en la Iglesia.
Entre tanto, también fue criticado por haber expresado ideas conservadoras como: “No es el hombre el que decide, es Dios el que decide quién es hombre y quién es mujer”.
También se le recuerda por su postura frente al papel de la mujer dentro de la Iglesia, ya que defendió en su momento a Juan Pablo II por excluir a las mujeres del sacerdocio.
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