Las dos profesionales y colegas, todavía con ropa de trabajo, formaban parte del periodo de mayor afluencia en el campo de tiro de South Shore.
Por CNN
El jueves se escucharon disparos sordos desde un estacionamiento en una calle tranquila rodeada de robles gigantes y llena de casas con piscinas en los patios traseros en los suburbios de Islip.
Jenn y Shelby, amigas que no desean que se usen sus apellidos, se instalaron en dos carriles de tiro bajo techo: se pusieron auriculares con cancelación de ruido y gafas protectoras mientras apuntaban con rifles y pistolas a objetivos que representaban el cuerpo humano.
“No soy del todo una novata. Recién estoy comenzando. Busco comprar un arma”, dijo Jenn, quien tiene un permiso de armas pero aún no está decidida sobre cuál será su primera pistola.
“Trato de obtener algo de práctica en los campos de tiro. No diría que soy una entusiasta sino que trato de aprender”.
Jenn y Shelby son parte de un número creciente de estadounidenses, particularmente mujeres y personas de color, en un derroche nacional extendido de compras de armas, muchos por primera vez.
El mayor interés en las armas se produce en medio de una terrible ola de tiroteos masivos y —según las cifras más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés)— las muertes por armas de fuego superaron en número a las muertes por tráfico de vehículos motorizados de 48.830 a 45.404. En las últimas dos semanas, cuatro personas recibieron disparos, una de ellas fatalmente, en el norte del estado de Nueva York, Kansas City y Texas después de ir accidentalmente a la dirección equivocada o abrir la puerta equivocada.
La cantidad de verificaciones instantáneas de antecedentes penales, tanto estatales como nacionales, que son procesos requeridos antes de poder comprar un arma y un indicador aproximado de cuántas personas compran o posiblemente reciben un permiso de armas, aumentó durante la pandemia de menos de 30 millones a casi 40 millones, según el Sistema Nacional de Verificación Instantánea de Antecedentes Penales.
“El miedo a lo desconocido y el caos de la pandemia fue el factor motivador”, dijo Shelby, residente del condado de Suffolk en Long Island, sobre su razón para comprar un arma.
“No estoy segura de sentirme incómoda donde vivía. Era más como un tipo de cosa que va a pasar después porque todo se volvía más y más loco”.
«La cara de la posesión de armas está cambiando»
La incertidumbre de la pandemia y las protestas nacionales tras el asesinato de George Floyd en 2020 a manos de la policía de Minneapolis contibuyeron a estimular el apetito por las armas en el país.
Uno de cada cinco hogares estadounidenses compró un arma entre marzo de 2020 y marzo de 2022, según NORC de la Universidad de Chicago, una institución de investigación no partidista. Uno de cada 20 estadounidenses compró un arma por primera vez durante ese período.
“No estoy segura de que el caos haya terminado, y siento que mucha gente tiene armas y que sería bueno tenerlas”, comentó Shelby, extendiendo la idea de muchos estadounidenses ansiosos por el estado incierto del país. “Soy una mujer soltera. Vivo sola. ¿Por qué no protegerme?»
De hecho, las tasas de propiedad de armas entre las mujeres y los afroamericanos aumentaban antes de la crisis de salud, dijo el Dr. Matt Miller, profesor de ciencias de la salud y epidemiología en la Universidad Northeastern, quien realizó un estudio con la investigadora de Harvard Deborah Azrael.
“En algún momento entre 2016 y 2019, era más probable que los nuevos propietarios de armas fueran mujeres y negros que antes y, ya sea en respuesta a la sensación de que las cosas se están saliendo de control, el país está realmente dividido, es una especulación tentadora”, dijo Miller, refiriéndose a los cambios demográficos entre los propietarios de armas.
El estudio de Northeastern y Harvard encontró que casi el 3% de los adultos estadounidenses, o 7,5 millones de personas, compraron armas por primera vez entre enero de 2019 y abril de 2021. Aproximadamente la mitad de los nuevos propietarios de armas eran mujeres, el 20% eran negros y el 20% eran hispanos. En general, los propietarios de armas eran 63% hombres y 73% blancos.
“El rostro de la propiedad de armas cambió un poco y las personas que se convierten en nuevos propietarios de armas en la actualidad tienen menos probabilidades de ser hombres y más probabilidades de no ser blancos, más probabilidades de ser un poco más jóvenes que los propietarios de armas existentes y antiguos”, explicó Miller.
Miller aseguró que el aumento de posesión de armas de Estados Unidos es preocupante. Su estudio señaló que el riesgo de muerte por suicidio, homicidio y lesiones no intencionales aumenta sustancialmente con la posesión de armas.
“Sería bueno si esas consideraciones fueran parte de la decisión de convertirse en propietario de un arma”, afirmó.
Pistolas y escopetas moviéndose a paso ligero
Mike Marinello, propietario de South Shore Shooting Range y de la tienda de armas South Shore Sportsman en el poblado de Merrick, dijo que el 40% de sus clientes provienen de la ciudad de Nueva York.
E incluso en un estado como Nueva York, donde la posesión de armas está fuertemente regulada, el negocio en sus dos armerías y el campo de tiro está en auge. Las pistolas y las escopetas se mueven a paso ligero.
“La mayoría de las personas llegan como nuevos propietarios de armas en busca de algo para la defensa personal o pasamos mucho tiempo con personas curiosas. Preguntando sobre el proceso. ¿Cómo lo haces?”, dijo Marinello, un expolicía de vivienda en el Bronx.
“Una porción bastante grande de nuestra clientela actual son mujeres. Patrocinamos un grupo de tiro para mujeres… En este momento no hay una línea clara —republicano, demócrata o independiente— para comprar armas”.
Marinello dijo que las ventas de armas siempre aumentan considerablemente después de los tiroteos grandes, en medio de la preocupación de que los políticos aprueben una legislación más estricta para el control de armas.
“Inmediatamente después, en la mayoría de los estados, conduciría a un aumento en las ventas porque todos miran las noticias y aunque es un evento terrible, todos dicen lo mismo: ‘Habrá una nueva ley’”, dijo.
En estados como Nueva York, hay una acumulación de solicitudes de permisos de armas, señaló Marinello.
“Hay prisa por entrar y obtener lo que creen que van a perder”.
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