La Conferencia Internacional celebrada el martes en Bogotá, Colombia, para discutir el proceso político de Venezuela, dejó sobre la mesa múltiples posibilidades para el país sudamericano que, según expertos, está logrando “regresar” como un tema prioritario para los líderes de la región.
Por Salomé Ramírez Vargas / Carolina Alcalde / VOA
“No hay duda de que el tema de Venezuela y las negociaciones han caído bastantes escalones en la lista internacional de prioridades. Hay poca energía internacional para poner en eso… creo que lo bueno (de esta Conferencia Internacional) es que energiza y regresa el enfoque a los problemas de Venezuela”, dijo Benedicte Bull, profesora de la Universidad de Oslo, durante un evento organizado el martes por el Wilson Center, un centro de pensamiento con sede en Washington.
Este último, en relación a las negociaciones iniciadas en Ciudad de México entre la oposición y el gobierno de Nicolás Maduro, que se estancaron en noviembre y cuyo país garante es Noruega.
Iván Briscoe, director del programa latinoamericano de International Crisis Group, una organización no gubernamental con sede en Bruselas, detalló que es “muy difícil imaginar” una eliminación total de las sanciones sin acciones por parte del gobierno venezolano. Sin embargo, no se verían acciones por parte de Maduro hasta que EEUU se comprometa a retirar las medidas punitivas.
“Ninguno de los dos va a resistir un proceso de negociación, tienen que haber concesiones…y en esta Conferencia Internacional la idea es la integración de un grupo amplio de partidarios de ambos lados para crear un foro en el que haya garantes para asegurarse de que ambas partes cumplan con las promesas”, agregó Briscoe.
La profesora de la Universidad de Oslo, quien admitió que es “crítica” de las sanciones, apuntó no obstante que “ahora que están vigentes, tiene sentido simplemente eliminarlas sin ninguna concesión por parte del gobierno de Maduro”.
El experto de Crisis Group abundó en que factores como la fragmentación de la oposición, las elecciones presidenciales en EEUU y la multiplicación de procesos, como las negociaciones en México, podrían impactar negativamente el progreso de los diálogos pues le deja la posibilidad “al gobierno de Maduro de elegir de cuál quiere participar sin una integración”.
“Un formato completamente nuevo fragmentaría aún más los esfuerzos y también posiblemente la oposición. Eso es algo que debe evitarse absoluta y claramente”, apuntó también Bull.
El nuevo rol de Colombia en las negociaciones en Venezuela
Durante años, EEUU y otros actores internacionales se han mostrado interesados en tomar liderazgo regional para mejorar las condiciones de derechos humanos en Venezuela, explicó Benjamin Gedan, director del programa de Latinoamérica del Wilson Center, sin embargo, el rol de Colombia en los últimos meses sería el “cambio mayor” en la región.
Video VOA
Gedan describió que Petro asumió el cargo después de Iván Duque, quien apoyó firmemente las investigaciones sobre Maduro en la Corte Penal Internacional y adoptó una “línea dura hacia el régimen venezolano”. Por el contrario, Petro y su canciller están en contacto regular con Maduro, han viajado a Caracas y los dos países han reabierto su frontera.
Estos cambios, detalló Briscoe, se hicieron a “gran velocidad”, teniendo en cuenta que Petro tomó posesión del país sobre ocho meses atrás. “Fue un gran cambio desde los días de Iván Duque”.
Sin embargo, aunque el “compromiso regional renovado ha reducido el aislamiento diplomático” del gobierno de Maduro, según Gedan, aún no se ven cambios significativos en la liberación de presos políticos, garantías para elecciones libres y justas, entre otras cosas.
“Colombia ha puesto a los gobiernos latinoamericanos en el asiento del conductor, dándoles un papel directo en el complejo proceso de guiar a Venezuela de regreso a la democracia, aunque sea de manera gradual”, agregó Gedan.
En declaraciones conjuntas del Grupo Libertad y Democracia, integrado por Duque y otros ex presidentes de la región, estos aseguraron que la Conferencia Internacional “puede convertirse en una validación de los intereses de la dictadura venezolana”.
El grupo conformado por una decena de ex mandatarios de países como México, Argentina, Chile y Costa Rica, aseguró que “levantar las sanciones al régimen venezolano, como lo pide el gobierno colombiano, solo beneficiaría a los corruptos narcotraficantes”.
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Briscoe dijo era “importante subrayar” que la iniciativa sobre Venezuela “no es exclusivamente una iniciativa colombiana, tiene el respaldo de EEUU… Petro entiende que trabajar entre Venezuela y Estados Unidos es algo que puede beneficiar a Venezuela, puede ayudar a consolidar o mantener una fuerte relación con EEUU”.
El experto aseguró que Petro “se ve ahora como un ejemplo para otros países de izquierda”.
“Petro se ve a sí mismo como un líder regional, no solo con la promesa de una transformación histórica de Colombia, sino al traer una nueva era de igualitarismo democrático progresista a América Latina”, agregó Briscoe.
Bull, por su parte, aseguró que Petro tiene una fuerte motivación de “cambiar la situación en Venezuela” para “mostrarle a sus propios electores o al electorado colombiano que no es un Chávez en sus etapas iniciales”.
¿Qué pudiera haber detrás de levantar sanciones?
Para la internacionalista Giovanna De Michele, pareciera que la conferencia en Bogotá estuvo orientada a presentar a Venezuela como víctima de las sanciones internacionales y no descarta que, ante la coyuntura energética planteada por la invasión de Rusia a Ucrania, una revisión de las sanciones sea conveniente para EEUU.
“Las empresas petroleras estadounidenses han hecho un lobby muy fuerte ante el presidente Joe Biden para que flexibilice las sanciones y les permita tener concesiones muy al estilo de la que se le ha dado a Chevron, poder venir a participar en la producción de crudo y garantizarle un suministro estable a EEUU”, expone a VOA.
A juicio de la internacionalista, EEUU “necesita” que los pozos petroleros venezolanos se pongan a producir y “sabe” que, actualmente, Venezuela no tiene la capacidad para hacerlo.
“La manera más conveniente para EEUU sería a través de las empresas petroleras estadounidenses, pero, para ello, es imprescindible la flexibilización de las sanciones”, subraya De Michele.
Bull, por su parte, apuntó que Venezuela se encuentra ante una “ventana de oportunidad en los próximos meses” para actuar sobre este renovado interés debido a la situación electoral en EEUU. “No creo que sea tanto por el interés económico de reemplazar el petróleo ruso con el petróleo venezolano, sino que creo que tiene algunas dimensiones políticas globales más amplias”.
Esto, según la profesora noruega, ante el interés de EEUU de “restaurar” su imagen en América Latina ante la presencia de China y Rusia, quienes “son actores activos y vocales… mientras EEUU se queda con la imagen del que viene a castigar con sanciones y amenazas”.
De lograrse una flexibilización de las sanciones, De Michele considera que Venezuela no tendría interés en ir a una mesa de negociación con la oposición y destaca que las condiciones que impone el gobierno venezolano son el equivalente a decir que “no van a volver”, entre otras cosas porque, específicamente los procesos judiciales en EEUU y la investigación de la Corte Penal Internacional, no dependen de la oposición ni de los gobiernos.
Consultada por la VOA, la internacionalista sostiene que la iniciativa de Petro socava el aislamiento del gobierno de Maduro y, de alguna manera, el tema de Venezuela vuelve a ser relevante.
“Prácticamente en todos los países se ha incrementado el número de migrantes, es importante porque la economía venezolana empuja hacia abajo el PIB de toda América Latina (…) es importante porque pone en entredicho la fortaleza de la institucionalidad formal que pudiera estar representada en la OEA, en la CIDH, de ahí el afán de Petro de hacer retornar a Venezuela a estas instancias”, subraya.
La dirigente política del partido Voluntad Popular (VP), Adriana Pichardo, asegura que Petro no puede considerarse un mediador de paz en un proceso de diálogo tras su actuación en el caso de Juan Guaidó, quien asegura haber sido obligado a irse a EEUU.
“Teníamos muchas expectativas respecto a la reunión, pero al ver la actitud de quien fue el convocante nos deja muchos grises en las esperanzas del papel, del rol que el presidente Petro pueda ejercer”, precisó consultada por la VOA.
Tras la conferencia en Bogotá, el gobierno de Maduro insistió en exigir el levantamiento de sanciones; la devolución de activos pertenecientes al Estado en el exterior; la liberación de recursos para la creación del Fondo de Atención Social acordado en México y la liberación del empresario colombiano, Alex Saab, procesado en EEUU por presunto lavado de dinero a favor del gobierno de Maduro.
Un día antes, el gobierno de Maduro había incluido entre sus condiciones para retomar las negociaciones políticas, la suspensión de la investigación de la Corte Penal Internacional por presuntos delitos de lesa humanidad.
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