El Gobierno colombiano mantendrá la ofensiva militar contra el Estado Mayor Central, la principal disidencia de las extintas FARC, con la que la semana pasada se rompió parcialmente el cese al fuego, aunque comiencen las mesas de diálogos.
EFE
Así lo afirmó este jueves el ministro de Defensa, Iván Velásquez, en declaraciones a la prensa donde aseguró que actualmente en los cuatro departamentos (Guaviare, Meta, Caquetá y Putumayo) donde se ha levantado el cese al fuego «no hay ninguna restricción para la fuerza pública».
«Las fuerzas militares, con el respeto pleno de los derechos humanos, tiene que realizar con mucha contundencia operaciones ofensivas», aseguró el ministro, que precisó que «ni siquiera si se estableciera la mesa con el EMC, esas operaciones ofensivas pueden cesar».
El Gobierno colombiano suspendió de forma parcial el cese el fuego bilateral con el EMC el pasado 22 de mayo, luego del asesinato de cuatro indígenas menores de edad que intentaron escapar tras ser reclutados a la fuerza por un frente del EMC, el Carolina Ramírez.
Sin embargo, aunque anunció el cese parcial alegó que sigue dispuesto a instalar la mesa de diálogo con este grupo, liderado por personas que no firmaron el acuerdo con las FARC de 2016, aunque aún no hay fecha prevista de inicio ni interlocutores.
El Gobierno busca atacar las actividades ilícitas que nutren a este grupo, como el narcotráfico, con «una acción mucho más fuerte para destruir laboratorios, para incautar insumos, para incautar cocaína», pero también otras actividades como la extorsión.
«Vamos a debilitar el EMC con acciones militares y con acciones contra las finanzas criminales», dijo el ministro, que alegó que «si el EMC está en disposición de un nuevo cese, será un cese que beneficie a las comunidades».
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