Unas 70 personas permanecen atrapadas en una colina en la localidad inundada de Kardashynka y muchas más siguen esperando el rescate en otras zonas de la ribera oriental del Dniéper, bajo control ruso, según declaró hoy una voluntaria a Efe.
La voluntaria Daria Kondratiuk aseguró que la artillería rusa está impidiendo que los voluntarios procedentes de la margen derecha del río, bajo control ucraniano, acudan en su ayuda.
«La gente está quedándose inconsciente, necesitan agua y atención médica», declaró.
Kondratiuk es una de los muchos ucranianos con familiares o amigos en la zona afectada por la inundación ocasionada por la destrucción de la presa de Kajovka, sobre el Dniéper, el pasado martes.
Ha acudido a la zona para tratar de organizar el rescate de los residentes atrapados por la crecida del río, ante la aparente inacción de las autoridades locales instaladas por las fuerzas rusas.
«He recibido más de un millar de direcciones de personas que necesitan ser rescatadas y las he trasladado a los habitantes a través de una conexión móvil a internet que es muy irregular», dijo Kondratiuk.
Dos de sus amigos han pasado los últimos tres días rescatando a personas atrapadas con su pequeña barca de remo, pero, debido al cansancio y a las fuertes corrientes, no son capaces de alcanzar las zonas más alejadas donde puede haber más damnificados esperando ayuda.
Según las informaciones de la voluntaria, unas 70 personas, sobre todo ancianos y niños, aguardan en una pequeña colina completamente rodeada por el agua, que se mantiene a un nivel de aproximadamente tres metros de altura.
«Hay voluntarios en la zona bajo control ruso dispuestos a ir a Kardashynka para ayudar, pero no tienen las barcas o los motores necesarios para llegar allá», explica Kondratiuk, ya que las mejores embarcaciones han sido confiscadas por los rusos y muchos voluntarios están retenidos en puestos de control, según dice.
En la margen derecha del río, por el otro lado, hay voluntarios con barcas esperando una oportunidad para cruzar el Dniéper, pero son incapaces de hacerlo mientras las fuerzas rusas sigan bombardeando con su artillería la ciudad de Jersón.
Kondratiuk afirma que las autoridades prorrusas visitaron ayer Kardashynka pero se negaron a evacuar a los vecinos porque no querían ayudar a «los que están esperando a los ucranianos», aunque está prevista para hoy la llegada de otros voluntarios vinculados a Moscú.
En los grupos en redes sociales creados por voluntarios ucranianos se han registrado hasta ahora más de 2.000 peticiones de auxilio, mientras muchos de los vecinos siguen en paradero desconocido debido a la mala cobertura de la red móvil.
En la localidad de Oleshky, cientos de habitantes se apretujan en los pocos edificios que no han quedado anegados mientras esperan ayuda, según relata Iryna, cuyo padre fue rescatado tras pasar un día sobre el tejado de su casa.
«Está muy asustado. La gente necesita ayuda urgente. No hay electricidad, nada. Necesitan agua. Quizá alguna organización internacional, como la Cruz Roja, podría ayudarles», dijo a Efe.
Añade que teme que muchas personas hayan muerto, incapaces de escapar de la crecida que arrasó con sus hogares. EFE
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