El primer semestre en Venezuela se caracterizó por un bajo poder adquisitivo y una caída pronunciada del consumo que, según especialistas, se ubicó entre 60 y 62 % en comparación a 2022.
La inflación también fue un factor determinante que cerró los bolsillos de los venezolanos, un panorama que podría mejorar levemente en el último trimestre de 2023.
El economista, Naudy Pereira, afirmó que hasta el Banco Central de Venezuela (BCV) reconoce la inflación acumulada de 96,3% de enero a mayo y se estima que el salario mínimo esté depreciado en 84%, dejando la inevitable reducción del consumo y que hasta afecta al leve respiro que se tuvo en alimentación y salud el año pasado.
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