Nicolás Maduro, agradeció las palabras para el Beato Dr. José Gregorio Hernández, por parte del papa Francisco.
Por medio de su cuenta de X (antes Twitter), Maduro precisó «Agradecido por las hermosas palabras que le dedicó el papa Francisco a nuestro beato José Gregorio Hernández, quien ayudó con el corazón al prójimo y a los enfermos».
Ante eso, sostuvo que «La fuerza del santo pueblo, nos permitirá construir la paz por la justicia y la verdad».
El papa Francisco dijo durante la audiencia general de los miércoles, «Estamos realizando estas catequesis para llevar con ardor con voluntad este el evangelio, hoy nos trasladamos a América Latina, precisamente a Venezuela, para conocer la figura de laico, el beato José Gregorio Hernández Cisneros. Nació en 1864 y aprendió la fe de su madre, como contó, -«mi madre, que me amaba desde la cuna, me enseñó la virtud, me crió en la ciencia de Dios y me puso por guía la santa caridad»-.
«Verdaderamente, la caridad fue la estrella polar que orientó la existencia de beato José Gregorio, persona buena y solar de carácter alegre, estaba dotado de una fuerte inteligencia, profesor y universitario y científico, pero sobre todo fue un doctor cercano a los débiles tanto para ser conocido en la patria como el médico de los pobres».
Agradecido por las hermosas palabras que dedicó el Papa Francisco a nuestro Beato José Gregorio Hernández quien ayudó con el corazón al prójimo y a los enfermos. La fuerza del Santo del Pueblo nos permitirá construir la Paz por la justicia y la verdad. pic.twitter.com/kXbGEsfFoN
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) September 14, 2023
«José Gregorio, era un hombre humilde gentil y disponible y al mismo tiempo estaba movido por un fuego interior por el deseo de vivir al servicio de Dios y del prójimo, impulsado por este ardor, en varias ocasiones trató de hacerse religioso y sacerdote, pero varios problemas de salud se lo impidieron, pero la fragilidad física no lo llevó a cerrarse en sí mismo, sino a convertirse en un médico aún más sensible a las necesidades de los demás, se aferró a la Providencia y fortalecido por el alma fue más a lo esencial en la misa unía a la ofrenda de Jesús todo lo que vivía llevaba a los enfermos y a los pobres que ayudaba a sus estudiantes las investigaciones que emprendía los problemas que tenía en el corazón, quiso ser apóstol de paz inmolarse por la paz en Europa, no era su continente, pero allá estaba le estallando la guerra el primer conflicto mundial», prosiguió el papa Francisco.
«Llegamos así el 29 de junio de 1919, un amigo le visita y le encuentra muy feliz, José Gregorio se había enterado de que se había firmado el tratado que pone fin a la guerra, su ofrenda de paz ha sido acogida, y es como si el presagia que su tarea en la tierra se ha terminado. Esa mañana, como era habitual, había ido a misa y entonces baja por la calle para llevar una medicina a un enfermo, pero mientras atraviesa la calle es atropellado por un vehículo llevado al hospital y muere pronunciando el nombre de la Virgen».
«Su camino terrenal concluye así, en una calle mientras realiza su obra de misericordia y en un hospital donde había hecho de su trabajo una obra maestra de bien»,
«Hermanos hermanas ante este testigo preguntémonos yo delante de Jesús presenten los pobres cerca de mí frente a quién en el mundo sufre más cómo reacciono hago algo o me quedo como espectador el beato José Gregorio, nos estimula también en el compromiso delante de las grandes cuestiones sociales económicas y políticas de hoy, muchos hablan mal, muchos critican y dicen que todo va mal, pero el cristiano no está llamado a esto, sino a ocuparse a ensuciarse las manos sobre todo como nos ha dicho San Pablo a rezar y después a comprometerse, sino a promover el bien a construir la paz y la justicia en la verdad», finalizó el papa Francisco.
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