Emmanuel Macron ha puesto a Francia en pie de guerra, movilizando a 30.000 gendarmes y policías suplementarios durante las visitas del Rey de Inglaterra, el miércoles, y el Papa, viernes y sábado, coincidiendo con protestas sociales y tensiones para aplicar con «rigor» la nueva legislación contra el uso de prendas musulmanas en las escuelas.
El mes de marzo pasado fue suspendida la visita de Estado que debían realizar Carlos III y su esposa Camila, ante el clima insurreccional que vivía Francia, con protestas muy violentas contra Macron y su Gobierno.
Seis meses cortos después, la visita de Estado del Rey de Inglaterra puede realizarse, al fin, en un clima social siempre tenso. Carlos III y Macron harán el elogio de una ‘entente cordial’ que ambos aspiran a restaurar, tras los infortunios del Brexit.
Protestas planeadas
Su Santidad el Papa es esperado en Marsella viernes y sábado, cuando la ciudad se ha convertido en la capital del crimen en el Mediterráneo occidental. Desde hace días, los distritos del norte de la ciudad han sido ocupados policialmente, como medida preventiva.
El presidente Macron ha decidido asistir a una misa oficiada por el Papa Francisco, en un momento ultra sensible. Días antes y días después, están convocadas manifestaciones de protesta contra el Gobierno y el presidente de la República, amenazando con empañar indirectamente la ceremonia religiosa.
El Ministerio del Interior, por su parte, advierte desde hace días de «riesgos de atentados terroristas». Al Qaida ha confirmado tal advertencia, anunciando en una de sus publicaciones oficiales, ‘Sada al-Malahim’, que proyecta un «ataque armado contra un Ministerio, en París».
Ante ese abanico de problemas de seguridad, Macron ha decidido tomar medidas especiales, en París, en Burdeos y en Marsella.
Movilización policial
La visita de tres días de duración de Carlos III, en París y Burdeos, del miércoles al viernes, ha requerido una movilización policial muy especial, que no podían afrontar las policías locales, sin un apoyo antiterrorista especial.
El mes de marzo pasado fue suspendida la visita de Estado que debían realizar Carlos III y su esposa Camila
La visita de dos días de duración del Papa Francisco plantea problemas muy fuera de lo común, convertida Marsella en un campo de minas donde las matanzas a tiros entre bandas de traficantes de droga y seres humanos han crecido de manera inquietante durante el último semestre.
La entrada en vigor de la nueva Ley de jubilación, la novísima legislación, prohibiendo el uso de prensa musulmanas en los colegios e institutos, provoca reacciones de protesta, que pueden complicarse en cualquier momento, a lo largo de toda la semana.
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