Un elemento clave en la investigación del caso de Fernando Villavicencio, el candidato a la Presidencia de Ecuador asesinado el 9 de agosto, es el teléfono móvil de Jhojan David Castillo López, el sicario de 18 años que acabó con la vida del político ecuatoriano y que murió el mismo día del magnicidio. Luego de las pericias realizadas al móvil del pistolero, se investigan los vínculos del sicario con grupos de delincuencia organizada en el país.
Por Infobae
Castillo López habría reclutado a los primeros seis detenidos en el caso. Todos Colombianos, procedentes de Cali, según detalló El País. Ellos fueron arrestados para investigaciones unas horas después del magnicidio. Conforme han avanzado las investigaciones, el pasado 8 de septiembre, otras siete personas fueron vinculadas al proceso, incluyendo a la ecuatoriana Laura C. o alias Laura y a Carlos A.
La Fiscalía de Ecuador indicó que “la orden para ejecutar el asesinato habría salido, vía llamadas y mensajes de WhatsApp, desde el teléfono de uno de los ahora procesados, ciudadano que guardaba prisión en el Centro de Rehabilitación Social de Cotopaxi el día del crimen”. Ese procesado sería Carlos A., según recogió El Universo.
Además, el Ministerio Público indicó que un día antes del asesinato, los procesados realizaron un reconocimiento de los alrededores del colegio, en el norte de Quito, donde Villavicencio iba a participar de un mitin político.
Carlos A. cumple una sentencia de 54 meses por delitos como tráfico de armas y de droga. Cuando sucedió el magnicidio estaba recluido en la cárcel de Latacunga a 101 kilómetros al sur de Quito. Sin embargo, el 8 de septiembre, Carlos A. fue notificado en la cárcel del Inca, en Quito. El hombre ha sido relacionado con la banda Los Lobos.
Asimismo, alias Laura, que ya había sido detenida con el sicario Castillo López en junio pasado por tenencia de armas, aunque a diferencia de Castillo López ella no fue procesada. La mujer ha estado bajo la mira de la Unidad de Antinarcóticos de la Policía desde enero de este año, pues encabeza a un grupo delictivo que opera al sur de Quito y que se dedica a la venta de marihuana y pasta base de cocaína. Según la Policía, alias Laura y su banda eran abastecidos por Los Lobos.
A pesar de que las pericias realizadas muestran vínculos con Los Lobos. El joven gatillero tenía en uno de sus brazos un tatuaje de los Latin King, lo que sería un signo de pertenencia con esa banda, según reveló el Washington Post. Los Latin King fueron fundados por puertorriqueños en los Estados Unidos en la década de 1950 y tienen células en distintos países.
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