El gobierno brasileño prepara el envío de ayuda humanitaria al estado de Amazonas (noroeste), donde se extiende parte de la mayor selva tropical del mundo, para hacer frente a una sequía «extrema», dijo este jueves la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.
AFP
Las autoridades nacionales trabajan en forma conjunta con el gobierno local en «acciones de emergencia», ante «riesgos de abastecimiento de alimentos, agua potable, además de productos de higiene y medicamentos» para la población, indicó Silva a periodistas, en un acto en Brasilia.
Según la ministra, 56 municipios de un total de 62 sufren esa amenaza.
Hasta el miércoles, la emergencia por la sequía ya había sido decretada en 15 municipios, con 111.000 personas impactadas, según un comunicado emitido por Defensa Civil del estado.
«Se prevé que serán necesarias unas 300.000 canastas básicas» para auxiliar a la población con bienes de primera necesidad, detalló Silva.
Además de proveer los recursos para esa ayuda humanitaria, el gobierno federal espera que el ministerio de Defensa se una a los esfuerzos para brindar soporte logístico, añadió la ministra.
En Amazonas, el estado más grande de Brasil y con la mayor población indígena entre sus casi cuatro millones de habitantes, la sequía ha provocado una mortandad de peces por la baja de los ríos (particularmente Juruá y Solimoes), cuyas aguas consumen las comunidades.
«La mayoría de los pobladores de la comunidad dependen de esa agua para beber, y esa contaminación complica mucho la vida», dijo a la AFP Ingrid Ferreira, una pescadora de 30 años, en la reserva del Lago do Piranha, en Amazonas.
Además, la baja de los cauces ha afectado el transporte fluvial, clave en la región.
«Los que perdemos somos los pobladores porque no podemos aprovechar ese recurso», dijo João Barbosa, pescador de 37 años.
Defensa Civil de Amazonas advirtió en su nota que la situación podría agravarse en los próximos meses, con precipitaciones debajo de lo normal, lo que puede afectar a unas 500.000 personas hasta fines de este año.
La sequía llega al estado tras intensas lluvias en la primera parte del año, reflejo de fenómenos atribuidos por especialistas al cambio climático.
La región sufre actualmente el fenómeno meteorológico llamado El Niño, que reduce la formación de nubes y por tanto de lluvias, cuyo impacto se vuelve cada vez más intenso.
«Brasil es un país vulnerable» a los eventos climáticos, lamentó Marina Silva, recordando el reciente paso de un ciclón en el estado sureño de Rio Grande do Sul que casi medio centenar de muertos.
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