El exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera sostuvo este sábado que si las facciones oficialistas del presidente del país, Luis Arce, y del exmandatario Evo Morales van separadas a las elecciones de 2025, el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) podría perder el «poder político».
García Linera, que fue vicepresidente de Morales (2006-2019), dijo en una entrevista con la emisora local El Deber Radio que hay una «escisión real» en el MAS causada por la definición de la candidatura oficialista para los próximos comicios generales.
A su juicio, el desencuentro «aún no es definitivo», pues está la «ventana de oportunidad» de que ambos sectores comprendan que «el MAS puede perder el poder político en 2025 si va dividido».
«Si eso llega al corazón, la cabeza y las acciones de las dos personas que están decidiendo el futuro del MAS, Evo Morales y Luis (Arce), y hay un sentido de sobrevivencia política (…), los tendría que llevar a que se junten y encuentren algún mecanismo interno, una arquitectura interna para organizar las candidaturas», afirmó.
Para el exvicepresidente, durante la gestión de Morales los liderazgos social y estatal eran uno solo, y a partir de 2020, cuando Arce ganó la Presidencia, «eso se divide».
«Por una parte está el liderazgo social con Evo y por otra parte el liderazgo estatal con el presidente Luis», agregó.
Según la exautoridad, Morales y Arce tienen sus respectivas bases de apoyo dentro del oficialismo por distintas razones, pero «ya ninguno de los dos por sí mismos pueden ganar».
«Si se dividen, van a obtener votación, pero ninguno va a llegar a la mayoría absoluta, van a ser dos minorías», lo que daría la posibilidad a que las fuerzas opositoras ganen en primera vuelta si llegan a unirse, algo que también «es difícil».
García Linera consideró que esta «pelea fratricida» supondrá un «costo electoral enorme» para el MAS porque en los últimos meses ya ha provocado una creciente «molestia y decepción» en sus militantes.
El exvicepresidente, que ha asegurado que no será candidato en 2025, sugirió acordar un sistema de encuestas que digan si alguna de las facciones oficialistas podría o no ganar las elecciones por sí misma.
Si esa encuesta muestra que al ir separados perderían los comicios, planteó que los dos sectores se unan, elijan a su candidato en primarias y trabajen juntos el listado de postulantes al Senado y Diputados, indicó.
Insistió en que la pelea sólo «debilita» y «desgasta» al partido y no le permite abordar «los temas que le importan a la población».
Arce y Morales, que es el máximo líder del MAS, están distanciados en medio de las tensiones internas en el oficialismo que comenzaron a fines de 2021 ante los pedidos del exmandatario de cambiar a algunos ministros que el presidente ha ignorado.
La pelea entre ambos sectores se profundizó en los últimos días por la realización del congreso nacional del partido realizado a insistencia de los leales a Morales en la zona central del Trópico de Cochabamba, el bastión sindical y político del exgobernante.
Arce y el vicepresidente David Choquehuanca no asistieron al congreso alegando que las organizaciones sociales que son la base del MAS no estaban debidamente representadas, lo que fue asumido por la facción de Morales como una «autoexpulsión» del partido.
En el congreso Morales fue ratificado como presidente del MAS y candidato presidencial y en respuesta, los sindicatos afines a Arce definirán en un mitin el próximo 17 de octubre su posición frente al partido oficialista.
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