El pasado sábado 7 de octubre por la mañana Jacques Botbol dormía junto a su familia en su casa de Herzliya, en el centro de Israel. Como era Shabat, no tenían acceso a los teléfonos. Pero hasta la desconexión total sucumbió ante lo que estaba ocurriendo a pocos kilómetros de distancia: terroristas de Hamas habían penetrado en territorio israelí y comenzaban a perpetrar una verdadera masacre contra la población que vive cerca de la Franja de Gaza.
“Yo estaba en mi casa, en el centro. Nos despertamos temprano, y fue un shock levantar a las niñas, llevarlas al bunker corriendo, cerrando todo. No teníamos acceso a ningún teléfono porque nosotros somos religiosos”, relató a Infobae Jacques, de 32 años y trabajador en el área de marketing.
El mexicano David Heiblum, primo de Jacques, vive en un kibutz ubicado a dos kilómetros de Gaza junto a su esposa panameña Daryelis Denise Sáez Batista. Esa mañana, Jacques y David se comunicaron para ver cómo estaban ellos y sus respectivas familias. Sin embargo, la comunicación se cortó al mediodía. Desde las 12.50 David ya no atendía llamadas ni respondía los mensajes que le llegaban.
“Mi última conversación con él fue a las 12.30, pero la última vez que alguien habló con él fue a las 12.50. A partir de ahí los terroristas cortaron la electricidad, el teléfono, por eso se perdió la comunicación”, comentó Jacques.
Al día siguiente, cerca de las 8 de la mañana y tras varios enfrentamientos con los terroristas, el Ejército israelí ingresó al kibutz Kisufim, ubicado al noroeste del desierto de Negev y cerca de la Franja de Gaza. “Entraron a la casa de mi primo y no había nadie. Encontraron su carro a kilómetros de la casa, y a 100 metros de la valla [que separa a Israel de Gaza], con un hueco al lado. Ahí todos pensaron que se los habían llevado”.
De hecho, el domingo Israel Heiblum, hermano de David, escribió en Facebook que sus familiares aparentemente habían sido secuestrados por Hamas. En su publicación explicó que durante los bombardeos, David y Denise se habían escondido en su hogar junto a un guardia de seguridad, pero que los terroristas habían asaltado las casas.
Además, para esas horas lo que se sabía era que los militares israelíes habían revisado la casa, pero no habían encontrado a nadie; tampoco encontraron signos de violencia o sangre, como sí había ocurrido en otras viviendas. La pareja fue buscada en hospitales y centros de asistencia, pero tampoco aparecía.
“Fue un milagro. Después de 56 horas incomunicados, el Ejército los encontró sanos y salvos a mi primo y a su esposa”, contó Jacques.
David y Denise permanecieron ocultos en un refugio por más de dos días hasta que fueron encontrados por las autoridades. Ahora se encuentran “sanos y en buen estado”, alojados en un lugar cercano al Mar Negro, pero cuya ubicación no se revela por motivos de seguridad.
Todavía conmovido por todo lo que está ocurriendo, pero también por lo que la familia vivió con la desaparición y posterior hallazgo de David, Jacques contó que este miércoles por la mañana pudo hablar con su primo. “No le quise hacer preguntas ni una especie de interrogatorio, ya había vivido mucho. Yo estaba feliz de escuchar la voz de mi primo; sólo nos dijimos cuánto nos queremos (…) Le ofrecí venir a quedarse a mi casa algunos días”.
Historias como esta hay decenas desde que fue perpetrado el ataque terrorista de Hamas. “Todo el mundo conoce a la familia de… Mi primo conoce a decenas de personas que murieron”.
“Se les viene una tormenta infinita”
Todavía movilizado y perturbado por la situación, Jacques reconoció que la gente “se hace preguntas, no entendemos cómo pudo pasar algo así”. Pero aclaró que este no es el momento de pasar facturas. “Es momento de estar unidos”.
“Nos destrozaron el corazón, nos lo partieron en pedazos. Pero nuestra alma está más fuerte que nunca, es un alma de un pueblo unido. Esa es la diferencia, nosotros tenemos alma, ellos no. Ellos son unos monstruos”, afirmó.
En ese sentido, enumeró algunas de las brutales atrocidades que cometieron los terroristas de Hamas, como la decapitación de 40 bebés en uno de los kibutz; “matan a una pareja y se lo mandan a sus padres por Whatsapp, hicieron lives por Facebook matando y decapitando”. “Es todo una catástrofe, una masacre (…) Llevamos viviendo en guerra 75 años, pero hay leyes de guerra. Esto que hicieron no respeta ninguna ley de guerra, es una monstruosidad”, apuntó.
Si bien reconoció que todavía persiste el miedo, Jacques destacó la unión del pueblo israelí: “Todo eso nos va a hacer ganar. No entienden contra quién se metieron. Levantaron lo más fuerte que tenemos, que es nuestra alma, nos unieron. Se les viene una tormenta infinita, ya no saben dónde meterse”.
Remarcó, por su parte, que “no sólo fueron terroristas de Hamas”. Según señaló, hombres civiles palestinos también cruzaron hacia territorio israelí al ver “la valla abierta” e ingresaron “para matar gente y violar mujeres”.
Como muchas personas de la comunidad judía, aunque vive en Israel Jacques no nació en ese país. Nació en Venezuela, creció en España y luego se fue a Israel a estudiar en la universidad. Allí conoció a quien hoy es su mujer, oriunda de Holanda. Su papá, además, es argentino. Al ser consultado sobre si planea irse del país junto a su familia, aunque sea por un tiempo, su respuesta fue tajante: “Yo no me voy de aquí, 100% me quedo. Aquí es donde me van a enterrar”.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.