El Ejército de Israel continuó sus intensos bombardeos sobre la Franja de Gaza durante la noche del viernes, atacando lanzadores de misiles y francotiradores de Hamás, informó un portavoz castrense este sábado, mientras el grupo islamista no ha cesado el lanzamiento de sus cohetes hacia territorio israelí.
La guerra entra así en su tercera semana, tras estallar el pasado sábado 7 de octubre, una contienda que se espera que dure semanas o incluso meses, a la espera de una incursión terrestre israelí en el enclave palestino.
«Durante la noche, aviones de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel continuaron atacando un gran número de objetivos terroristas de Hamás en toda la Franja de Gaza», indicó el portavoz, al enumerar centros de mando operativos, lanzadores de misiles antitanques, puestos de observación, francotiradores y misiles antitanques.
La cifra oficial de 4.137 muertos y 13.162 heridos en la Franja de Gaza -el 70 % niños y mujeres-, engrosó por estos ataques durante la noche, según la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.
«La parte oriental del campo de refugiados de Al Bureij, en el centro de Gaza, fue bombardeada esta noche, provocando la muerte y heridas a varias personas», indicó la agencia, agregando que «los aviones de combate israelíes también atacaron casas en la zona de Sheikh Radwan, al este de la ciudad de Gaza, así como en las partes oriental y septentrional de Beit Lahiya».
En tanto, las sirenas antimisiles en Israel se activaron durante la noche en zonas aledañas a la Franja de Gaza, como la ciudad de Sderot, donde no se registraron daños o víctimas, y Ascalón, donde los servicios de emergencia atendieron a un hombre de 50 años por heridas leves que se ocasionó mientras corría a un refugio.
La guerra entre Israel y Hamás estalló etras un masivo ataque del movimiento islamista que incluyó el lanzamiento de cohetes y la inflitración de más de mil milicianos, quienes torturaron y masacraron a más de un millar de habitantes de las aldeas israelíes cercanas a Gaza, dejando más de 1.400 muertos, cerca de 5.000 heridos, al menos 203 rehenes y entre 100 y 200 desaparecidos.
Israel ordenó hace varios días la evacuación de todo el norte de la Franja de Gaza, «por la seguridad de la población», pero muchos gazatíes no han querido o no han podido evacuar por los daños en las carreteras o porque sus familiares son discapacitados o necesitan estar hospitalizados.
Además, aunque muchos de los 2,3 millones de gazatíes que habitan el enclave migraron al sur buscando refugio, los bombardeos israelíes tampoco han cesado ahí. Según Wafa, Israel bombardeó anoche la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja.
Según la agencia humanitaria de Naciones Unidas, OCHA, «se estima que en Gaza hay alrededor de 1,4 millones de desplazados internos, de los cuales más de 544.000 se refugian en 147 refugios de emergencia designados por la UNRWA (Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos) en condiciones cada vez más espantosas».
Las condiciones de vida en el ya de por sí empobrecido enclave palestino se han deteriorado vertiginosamente a raíz del total bloqueo por parte de Israel del suministro de agua, medicinas, alimentos, electricidad y combustible.
A pesar de que el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció que había pactado con Israel que se abriera el viernes la puerta de Rafah -fronteriza con Egipto- para que entrara ayuda humanitaria, el cruce sigue cerrado, mientras los pacientes de los hospitales deben ser operados en los pasillos y sin anestesia.
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