Buscar y encontrar trabajo supone más que un desafío para cientos de personas en Latinoamérica y esto responde a varios factores: exceso de demanda frente a la oferta, exigencia de cierta experiencia y/o preparación puntual, salarios, entre otros. El hecho que, por lo menos, se tenga en cuenta una hoja de vida es un avance.
Si bien es cierto que algunas profesiones son más competitivas que otras, la tasa de desempleo intenta disminuir en países como Colombia, pero a paso lento. De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), en septiembre la tasa de desocupación se ubicó en el 9,3 %.
Sin embargo, y por inusual que pueda parecer, hay casos en los que la crisis de empleabilidad la enfrentan las propias empresas. Esto cuando es mayor el número de vacantes a las personas interesadas en comenzar un proceso y de esto dio cuenta una reclutadora profesional en sus redes sociales.
Una reclutadora utilizó internet para desahogarse y reflejar un panorama no muy grato en su trabajo pues, según aseguró, el problema a veces no es la escasez de vacantes sino la ausencia de postulantes. En esa red una señora, que se hace llamar Adriana Tijuana, no aguantó las lágrimas sobre cuán difícil le estaban resultando sus actividades diarias.
“Es un martirio trabajar reclutando gente, de verdad. Cada día está peor la gente, superirresponsables, no llegan”, se lamentó. La mujer contó que recientemente había agendado cuatro entrevistas. “Todos confirmaron, pero no llegó ninguno. Estoy incrédula, harta y asqueada. No puedo creerlo”, continuó.
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Según ella, se ha dedicado buena parte de su vida a trabajar en Recursos Humanos y, en medio del día a día, asegura comprender cuando a un postulante se le presentan eventualidades. No obstante, cuestiona cómo algunos parecieran no tener nada de compromiso e ignorar el tiempo de los demás.
Una de sus preocupaciones por las cuales decidió desahogarse es que, ante la irresponsabilidad de los candidatos, su propio empleo podría estar en juego, pues ella trabaja de manera independiente con clientes. La influencer dijo que terminaba como si no supiera hacer sus funciones por el actuar de los postulantes.
“Estoy harta de la irresponsabilidad”
“En la mente del cliente tal vez es como, ‘pues tráemelo aquí. Es tu obligación’, como si quienes estuvieran aplicando no fueran adultos, no se les mandara la ubicación, no se cercioraran, no tuvieran los datos, o sea, ¿todavía tengo que ir yo por ellos? Estoy harta de la irresponsabilidad de la gente, estoy cansada”.
Más allá de exponer su caso, Adriana aseguró buscar generar conciencia sobre el sentido de pertenencia con quien le ha tenido en cuenta para un empleo. “Si vas a tener un compromiso, cúmplelo; si vas a decir que harás algo, hazlo; (…) pero no hagas perder a la gente el tiempo. Mis ingresos, mi sueldo, dependen de si llegas”.
“Ahora ni te contestan el teléfono, no llegan, te hacen quedar mal y se me hace injusto hacer un trabajo completo” cuyo cobro no llega hasta cuando “el candidato esté adentro de la empresa”, agregó antes de evocar la convocatoria a la cual ninguno de los postulantes llegó. “Imagínense cómo está el cliente: histérico”.
Su frustración se incrementó al contar que era mamá soltera de un pequeño de tres años sin posibilidad de ingresarlo a un jardín en este momento.
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