El líder de la Cámara de Representantes de EE.UU., el republicano Mike Johnson, opinó este miércoles que la investigación de juicio político contra el presidente del país, Joe Biden, ha demostrado ya que su familia ha incurrido en conductas corruptas y que el paso lógico ahora es convocar a testigos.
EFE
«A estas alturas, nuestra investigación ya ha mostrado la conducta corrupta de la familia del presidente y que él y altos cargos de la Casa Blanca han mentido repetidamente acerca de su conocimiento e implicación en los negocios de su familia», dijo Johnson en un comunicado.
Esas pesquisas, según añadió, también han demostrado «las decenas de miles de millones de dólares de parte de enemigos extranjeros que se pagaron a compañías fantasma controladas por el hijo del presidente, el hermano y sus socios empresariales».
«Ahora el paso apropiado es convocar a testigos bajo juramento e interrogarlos para rellenar los huecos», dijo el presidente de la Cámara Baja.
Para los demócratas, esa investigación es una maniobra de distracción para quitar la atención sobre las cuatro imputaciones penales que pesan sobre el expresidente Donald Trump (2017-2021), favorito de los republicanos para batirse con Biden en las elecciones del próximo año.
La decisión de abrir una investigación a Biden fue tomada el pasado septiembre por el anterior líder de la Cámara, el también republicano Kevin McCarthy.
Los republicanos tienen en su punto de mira los supuestos negocios de la familia Biden con «adversarios» del país como China, aprovechando sus lazos políticos.
La oposición acusa a Biden de haber utilizado sus influencias cuando era vicepresidente de Estados Unidos en el Gobierno de Barack Obama (2009-2017) para ayudar a su hijo Hunter y a otros familiares en unos supuestos negocios irregulares esos «enemigos».
Al frente de las investigaciones está el presidente del Comité de Vigilancia de la Cámara de Representantes, James Comer, en coordinación con los representantes del Comité Judicial, Jim Jordan, y del Comité de Medios y Arbitrios, Jason Smith.
La Constitución de Estados Unidos establece que el presidente puede ser destituido de su cargo en un juicio político si cometió «delitos o faltas graves».
Llegado el momento, la Cámara de Representantes debe votar si presenta cargos contra el actual mandatario, pero la potestad de destituir al presidente del país recae posteriormente en el Senado, donde los demócratas tienen actualmente el control.
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