La salud mental de una mujer embarazada podría tener efectos profundos en la mente de su hijo no nacido, advierte una nueva revisión de evidencia.
Los niños parecen tener un mayor riesgo de problemas de salud mental y de comportamiento si sus madres estuvieron muy estresadas, ansiosas o deprimidas durante el embarazo, informan los investigadores.
En particular, los niños eran más propensos a tener síntomas de TDAH o exhibir comportamiento agresivo u hostil si sus madres reportaron más ansiedad, depresión o estrés durante el embarazo.’
Nuestra investigación sugiere que el malestar psicológico durante el período del embarazo tiene un efecto pequeño, pero persistente en el riesgo de los niños de comportamientos agresivos, desinhibidos e impulsivos’, dijo la investigadora Irene Tung, profesora asistente de psicología en la Universidad Estatal de California, Dominguez Hills.Para la revisión, Tung y sus colegas agruparon y analizaron datos de 55 estudios que involucraron a más de 45,000 participantes.
Todos los estudios midieron la angustia psicológica de las mujeres durante el embarazo y luego midieron los ‘comportamientos externalizantes’ de sus hijos, es decir, síntomas de salud mental dirigidos hacia otros.
Los investigadores también incluyeron solo investigaciones donde se midió la angustia de las madres tanto durante como después del embarazo, para controlar los posibles efectos de los problemas de salud mental posparto en los recién nacidos en desarrollo.
Encontraron que incluso después de controlar la angustia posnatal de la madre, los síntomas psicológicos durante el embarazo aumentan de manera independiente el riesgo de problemas de salud mental en los niños.El efecto se mantuvo verdadero tanto para niños como para niñas. Fue más fuerte en la primera infancia (de 2 a 5 años), pero persistió durante la infancia media y la adolescencia.
Los hallazgos fueron publicados en línea el 16 de noviembre en la revista Psychological Bulletin.Las teorías han sugerido que la exposición a hormonas del estrés en el útero puede afectar el desarrollo del cerebro de los niños, señalaron los investigadores.
Tung y sus colegas están realizando estudios centrados en comprender los tipos de apoyo que podrían proteger a las mujeres del estrés durante el embarazo, particularmente aquellas en familias que enfrentan inequidades de salud.
‘La mayoría de las investigaciones existentes se han centrado en muestras de personas blancas, de clase media y con mayor educación, pero las experiencias de racismo, disparidades económicas y falta de acceso a la atención médica son contribuyentes conocidos al estrés durante el embarazo’, dijo Tung en un comunicado de prensa de la revista.
‘Comprender cómo el malestar psicológico durante el embarazo impacta a las familias subrepresentadas es clave para desarrollar políticas e intervenciones de salud pública equitativas.’Más informaciónMarch of Dimes tiene más sobre estrés y embarazo.
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