En el contexto de la crisis climática, aproximadamente 158 millones de mujeres y niñas enfrentan una situación de pobreza exacerbada, cifra que supera en 16 millones al total de hombres y niños afectados por la misma causa. Tal disparidad subraya cómo el cambio climático fortalece las desigualdades preexistentes y consolida las dinámicas de poder que perpetúan estereotipos de género limitantes. Esta realidad deja a mujeres y niñas en una posición de mayor vulnerabilidad frente a la violencia de género y les restringe el acceso a recursos y servicios esenciales. Las mujeres y niñas representan hasta el 80% de las personas desplazadas debido a catástrofes relacionadas con el clima y tienen 14 veces más riesgo de fallecer a raíz de desastres naturales.
En respuesta a esta urgente situación, el Día Internacional de la Mujer, organizado por la Unesco sirvió como plataforma para enfatizar la interconexión entre el cambio climático y la desigualdad de género. Dicha celebración reunió a líderes mundiales, activistas y científicos para reflexionar y comprometerse en la lucha contra estas problemáticas interrelacionadas.
A pesar de enfrentar obstáculos significativos, las mujeres y niñas se posicionan como una parte crucial de la solución a la crisis climática. Su potencial para aportar conocimiento y experiencia únicos puede ser esencial para abordar los retos ambientales actuales. Además, las mujeres son custodias de saberes ancestrales y prácticas de gestión sostenible del medio ambiente, especialmente destacando el papel de las mujeres indígenas en este ámbito.
No obstante, persisten dificultades específicas que demandan un cambio de mentalidad a nivel nacional y local que permita a las mujeres liderar esfuerzos contra el cambio climático, un reto aún mayor para mujeres indígenas y pertenecientes a grupos minoritarios debido a la discriminación.
La incorporación de la igualdad de género como núcleo de la acción climática requiere de un aumento en la conciencia y el apoyo político. Una revisión de planes de acción climática nacionales reveló la existencia de medidas específicas de adaptación al clima con enfoque de género en solo 55 países y un escaso reconocimiento de las mujeres como agentes de cambio climático. La asignación de apenas el 2,4% de la ayuda exterior relacionada con el clima hacia objetivos de igualdad de género, a pesar de los compromisos internacionales, pone de manifiesto la necesidad urgente de reevaluar las prioridades de financiamiento.
Expertas como Hemavathi Shekhar y Fatou Jeng resaltan la importancia de empoderar a las mujeres en la negociación y aplicación de acuerdos climáticos y enfatizan la necesidad de incrementar la financiación dirigida a organizaciones lideradas por mujeres, marcando un inicio hacia la justicia de género en la crisis climática.
Hemavathi Shekharfundadora de la Fundación Enact Earth y coordinadora de YOUNGO para el Sur Global, señaló para la Unesco: “Hay que capacitar a las mujeres para que negocien acuerdos sobre el clima, pero también hay que involucrarlas en la aplicación de las leyes y la elaboración de políticas”.
El desarrollo de capacidades y la educación especializada en ciencias, especialmente relacionadas con el medio ambiente, son claves para superar la notable falta de apoyo a las mujeres y niñas en estos campos. Fomentar la igualdad de género en las ciencias puede proporcionar perspectivas y soluciones innovadoras esenciales para afrontar desafíos climáticos y construir comunidades resilientes.
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