El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, pidió este viernes ante el Consejo de Seguridad de la ONU nuevos sistemas antiaéreos para defenderse de Rusia, durante una sesión especial en la que participaron varios ministros europeos.
EFE
«Si de verdad quieren (…) darle una oportunidad a la paz, envíennos sistemas antiaéreos para proteger a nuestros civiles y munición para detener al Ejército ruso en nuestras tierras», dijo el ucraniano al finalizar su intervención.
En la sesión, solicitada por Ucrania para marcar el segundo aniversario de la invasión rusa, participaron el secretario general de la ONU, António Guterres, y los ministros de Exteriores de países como Reino Unido, Alemania, Francia o Países Bajos, que reiteraron su apoyo a Kiev.
Kuleba agradeció las palabras de sus colegas, pero no dejó de expresar su malestar por la incapacidad del Consejo de Seguridad -donde Rusia tiene derecho a veto- para intervenir en el conflicto, en el que ya han muerto más de 10.000 civiles, según la ONU.
El evento llegó además en un momento sensible debido a la dificultad que Estados Unidos, el principal proveedor de material militar para Ucrania, está teniendo para aprobar un nuevo paquete de ayuda por el bloqueo de los republicanos, que controlan la Cámara Baja del Congreso.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, aprovechó su breve intervención para lanzar dardos al Kremlin, acusándolo de la muerte del opositor Alexéi Navalni, de cometer crímenes de guerra y de contribuir a la proliferación armamentística, pero no hizo ninguna mención a la cuestión de la ayuda militar.
Quien sí habló del envío de armas fue el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, quien acusó a Occidente de alentar a las autoridades ucranianas a enviar «más y más vidas a las llamas del conflicto» mientras el complejo armamentístico estadounidense se benficia.
El representante acusó a la Unión Europea de ser un mero «satélite» de Washington, mientras que sus países son los que más están perdiendo con la guerra por las disrupciones en el sistema energético o el impacto económico de las sanciones.
No se votó ninguna resolución durante la sesión de este viernes, que sirvió más para que los gobiernos europeos mostraran su apoyo inquebrantable a Kiev en un momento complicado en el frente.
Kuleba, sin embargo, defendió que los ataques rusos solo refuerzan el compromiso de los ucranianos con la defensa de su país, y pidió al resto del mundo cerrar filas contra la invasión.
«Cuando las generaciones futuras miren atrás y lean los registros de nuestras reuniones se preguntarán por qué el mundo no actuó en un caso tan evidente de un país echando por tierra la seguridad y la paz internacionales» -advirtió el ministro-, «y nos preguntarán: ‘¿Por qué no fuisteis capaces de detenerlo?'».
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