El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, urgió este jueves al primer ministro de Haití, Ariel Henry, quien se encuentra en Puerto Rico, a que acelere la transición para un cambio de gobierno.
Así lo informó el encargado para América Latina y el Caribe del Departamento de Estado, Brian Nichols, durante una charla en Washington del centro de pensamiento Americas Society y el Council of the Americas.
Nichols, de hecho, llegó tarde al evento porque Blinken tuvo llamadas con Henry y con el presidente en turno de la Comunidad del Caribe (Caricom), el mandatario de Guyana, Irfaan Ali, que se alargaron más de lo previsto.
«El secretario Blinken habló hoy con el presidente Ali y con el primer ministro Henry sobre la urgente necesidad de acelerar la transición hacia un gobierno más amplio e inclusivo», relató Nichols.
Según el subsecretario, esas conversaciones fueron «intensas» y «muy profundas» con el objetivo de intentar «avanzar» en la solución para la crisis haitiana.
Nichols recordó que durante los últimos dos años Estados Unidos ha estado pidiendo al primer ministro de Haití que tuviera un «gobierno más inclusivo, con más fuerzas políticas y que lleve al país hacia un proceso electoral».
Según un acuerdo político de 2022, el mandato de Ariel Henry debía concluir el pasado 7 de febrero, pero este permaneció en el poder y prometió convocar elecciones cuando la crisis de inseguridad lo permita.
Henry llegó el martes a Puerto Rico (estado libre asociado de EE.UU.) tras varios días en paradero desconocido, y continúa varado en la isla debido a la escalada de la violencia en su país y la falta de consenso sobre su futuro.
Los rumores sobre la posible dimisión de Henry se sucedieron durante la jornada del miércoles, pero Ali anunció que el organismo caribeño no había logrado «ninguna forma de consenso» entre las partes enfrentadas en Haití.
A las presiones internacionales para que Henry renuncie, se suman las exigencias de las bandas armadas en Haití, que han advertido con «una guerra civil y un genocidio» si el primer ministro no se aparta del poder.
Según Nichols, este último capítulo en la crisis haitiana obliga a acelerar el despliegue de la misión de seguridad multinacional que fue aprobada por la ONU, que estará liderada por Kenia y para la cual Estados Unidos ha donado 200 millones de dólares.
«Todo eso debe acelerarse, aunque los esfuerzos que se han realizado hasta ahora son vitales e importantes, y estamos orgullosos de ser el mayor donante de este esfuerzo, pero tenemos que hacer más», dijo.
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