Una facción de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se comprometió este martes a hacer parte del «desminado humanitario» de su zona de influencia, en el suroeste de Colombia, como gesto de paz para dialogar con el gobierno.
EFE
«El Frente Comuneros del Sur está listo para iniciar el proceso de desminado humanitario en las zonas de operación» en el departamento de Nariño, «como acción concreta de paz», indicó un portavoz de ese frente rebelde en un video difundido por la televisora estatal RTVC.
En las imágenes, una decena de combatientes con fusiles acompañan al vocero, quien se identifica como parte de la «conducción del frente» y es el único que no tiene el rostro cubierto.
El Frente Comuneros del Sur no hacía parte de los diálogos de paz que emisarios del presidente Gustavo Petro iniciaron con el ELN en noviembre de 2022, pero formalizaron su participación en las negociaciones al mismo tiempo que el desminado.
Tras la difusión del video, el alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, celebró en un boletín «la disposición de este grupo a adelantar acciones de desminado humanitario», pues «facilita las inversiones (…) y obras en favor de las comunidades».
También anticipó una «acción conjunta» de instituciones estatales y esa facción rebelde para «remover las minas antipersonales», artefactos que en 2022 dejaron 515 víctimas en Colombia, 56 de ellas fatales, según el CICR.
El gobierno negocia con los rebeldes en Venezuela, México y Cuba, en medio de turbulencias y dudas sobre su unidad de mando.
En febrero, los negociadores del ELN congelaron las conversaciones en reacción a unos «diálogos regionales» que el gobierno anunció con las facciones de esa guerrilla que operan en el departamento de Nariño.
«La oficina del Alto Comisionado para la Paz es consciente y respeta el debate interno que vive el ELN y espera que sus divergencias se resuelvan de la manera más positiva posible», anotó Patiño.
En armas desde 1964, el ELN tiene un pie de fuerza de unos 5.800 combatientes, según inteligencia militar. Aunque cuenta con un mando central, sus frentes son autónomos en el campo militar, lo que según expertos dificulta las negociaciones.
Petro, el primer izquierdista en el poder de Colombia, apuesta por una salida dialogada a seis décadas de conflicto armado y violencia, luego del acuerdo de paz de 2016 que desarmó el grueso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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