El ex futbolista Robinho finalizó su período de aislamiento de diez días en la penitenciaría N° 2 de Tremembé, situada en Brasil, introduciendo una nueva fase en su condena de nueve años de prisión por el delito de abuso sexual, ocurrido en Italia en 2013. Con la actualización en su régimen de reclusión, el ex delantero ahora comparte una celda de ocho metros cuadrados con otro detenido y fue autorizado a recibir visitas de familiares durante los fines de semana, según le informó la Secretaria de Administración Penitenciaria (SAP) de San Pablo al diario O Globo.
El ex punta, que recibió una condena en Italia en 2017 por una violación grupal de una joven albanesa en una discoteca de Milán en 2013, y la misma fue confirmada por tres instancias judiciales italianas hasta alcanzar una decisión definitiva por la 3ª Sección Penal del Supremo Tribunal de Cassación de Roma en enero de 2022, recién cumple con prisión efectiva desde el pasado 21 de marzo de 2024. La justicia brasileña, tras la homologación de la sentencia por parte del Superior Tribunal de Justicia (STJ), ha iniciado el cumplimiento de la pena en el país natal del futbolista, dado que no concede la extradición de sus ciudadanos naturales.
La defensa del ex atacante ha buscado sin éxito la revisión de su detención a través de un pedido de habeas corpus y se encuentra evaluando otros recursos legales para disputar el cumplimiento de la sentencia. Pero, mientras tanto, quedó alojado en el establecimiento que tiene capacidad para 348 presos entre régimen semiabierto y cerrado, pero actualmente alberga a 283, y es conocido en Brasil como “la cárcel de los famosos”, por ser el lugar al que la Justicia brasileña envía a los condenados de renombre.
Los medios locales aseguran que las condiciones de este Complejo Penitenciario son mucho mejores que las de otros presidios públicos del estado de San Pablo, dado que la comida es de mejor calidad y los reclusos hasta tienen acceso a clases de música e inglés, más torneos de ajedrez o fútbol. Allí derivan a los condenados que han ocupado las principales portadas del país por sus crímenes y han sufrido un fuerte rechazo por la población carcelaria ordinaria por haber cometido crímenes como pedofilia, violación o asesinato de niños.
Allí, por caso, cumple pena en régimen semiabierto Alexandre Nardoni, quien arrojó a su hija de 5 años desde la ventana de un sexto piso, o el ex médico Roger Abdelmassih, preso por acosar y violar a decenas de sus pacientes. También pasó por allí Edinho, el hijo de Pelé.
Robinho inició su carrera en Santos, donde anotó 106 goles en 249 partidos, ganó dos Brasileiraos y llegó a la final de la Copa Libertadores. Su rendimiento convocó el interés del Real Madrid, que lo fichó en 2004. También pasó por el Manchester City y por el Milan, donde ocurrió el episodio por el que terminó en prisión. Tras la denuncia por violación, continuó jugando. Pasó por Guangzhou Evergrande de China, Atlético Mineiro y se retiró en Turquía, donde lució las casacas del Sivasspor y Estambul Basaksehir.
En realidad, tuvo una última etapa en Santos, pero ya lo perseguía la sombra del caso que lo puso tras las rejas. Ante su arribo, un patrocinador rompió contrato con el club y le terminaron rescindiendo el vínculo días después. Con la selección de Brasil, por su parte, ganó una Copa América, dos Copas Confederaciones y disputó dos Mundiales (2006 y 2010).
Su presente está lejos de la vida de lujos que vivía tras los muros. Hasta que tuvo que presentarse para cumplir con la prisión efectiva residía en un departamento en Santos, de su propiedad, aunque posee varios inmuebles en el estado de San Pablo.
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