El periodismo se ha convertido en una de las profesiones más riesgosas y los periodistas enfrentan constantes amenazas. La muerte del periodista Romelson Vilcin en medio de las protestas destaca el peligro que enfrenta la prensa en el país caribeño en medio de los enfrentamientos entre grupos delictivos y la Policía Nacional de Haití (PNH). Con la impunidad reinando en el país y la libertad de prensa en jaque, ¿cómo pueden los periodistas continuar con su labor de informar y dar testimonio?
Por Voz de América
“Morir por querer contar una historia, por atreverse a decir la verdad, por denunciar los abusos, por dar voz a quienes no la tienen, por exigir responsabilidades”, dice Jean Baptiste Richard, periodista del diario más antiguo de Puerto Príncipe, Le Nouvelliste.
Hace casi un año, la comunidad de periodistas fue testigo del trágico fallecimiento de Vilcin, quien perdió la vida tras ser impactado por una bomba lacrimógena lanzada por la policía.
Pero el suyo no es un caso aislado. Durante el 2023, 10 periodistas fueron asesinados en el país, según la Red Nacional de Defensa de Derechos Humanos de Haití, ubicando al país caribeño entre los países más peligrosos para el ejercicio de ésta profesión. La Sociedad Interamericana de Prensa y Reporteros Sin Fronteras han denunciado repetidamente la vulnerabilidad de los periodistas en la nación caribeña.
El jueves 8 de febrero, durante una manifestación antigubernamental en Delmas, un policía disparó un bote de gas lacrimógeno hacia los manifestantes que impactó al periodista Jean Marc Jean, causándole lesiones serias en su ojo izquierdo que lo llevaron a perder la vista por una infección que le quemó la retina. La madre de Jean, en un desgarrador testimonio en la radio, expresó su angustia y sarcasmo hacia el presidente Ariel Henry, señalando la falta de recursos para el tratamiento médico de su hijo.
Un mes después, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) exigió la liberación inmediata del periodista Lucien Jura, secuestrado en su casa en Pétion-Ville, cerca de Puerto Príncipe, el lunes 18 de marzo, el mismo día en que pandillas llevaron a cabo ataques en la zona, resultando en al menos 10 personas muertas.
A pesar de que la Constitución de 1987 garantiza la libertad de prensa en Haití, la realidad es otra. Las emisoras de radio, medio predominante en el país, operan en un marco de dudosa legalidad y bajo la influencia de intereses particulares, lo que complica aún más la situación del periodismo independiente y crítico.
“Haití, un país que ha sufrido el colapso total de la ley y el orden durante décadas, ha sido escenario de escenas de violencia espantosa contra periodistas por parte de las fuerzas de seguridad y grupos armados, especialmente en la capital, Puerto Príncipe”, se lee en el informe de la lista de periodistas asesinados de la Fundación para el Periodismo de Investigación.
Haití ocupa el tercer lugar en el Índice de Impunidad Global de CPJ de 2023, lo que refleja la alta probabilidad de que los crímenes contra periodistas queden sin resolver. Este ambiente hostil subraya la urgencia de acciones para proteger a los periodistas y garantizar la libertad de prensa en el país.
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