El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, desvela en su nuevo libro que el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero jugó un papel clave para que el Gobierno de Venezuela presidido por Nicolás Maduro, le permitiese viajar al país como observador electoral y posteriormente llevar a cabo una mediación entre el régimen y la oposición.
Así lo señala en el libro ‘Crónica de una España que dialoga’ en el que recoge varias conversaciones con el exdirector del diario La Vanguardia, Màrius Carol, y que ha recogido Europa Press.
Además hace un balance positivo de esta etapa y cree que la mediación que lideró llegó a evitar una guerra civil en el país caribeño.
Zapatero señala que su primera aproximación con el conflicto en Venezuela vino por el lado de la oposición, en concreto en una visita del líder político Timoteo Zambrano a España en el año 2014 y le pidió que «mediara en el conflicto» a las puertas de las elecciones legislativas a la Asamblea Nacional.
El expresidente socialista relata que Zambrano le describió un panorama «muy preocupante», con una alta conflictividad entre ambos sectores en las calles y un número importante de opositores «privados de libertad». Pocos días después de esa visita, recibió otra, la del número tres del Departamento de Estado de Estados Unidos, Thomas Shannon, según relata en el capítulo que dedica en exclusiva a su paso por Venezuela, «para animarme también a ejercer esa tarea de mediación», señala.
A PETICIÓN DE LA CASA BLANCA
Zapatero le describe como el hombre del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para Venezuela y afirma que se reunió varias veces con él para tratar el asunto de su mediación. «Recuerdo en particular una reunión en Londres en la que analizamos qué podía pasar si, como finalmente ocurrió, la oposición ganaba las elecciones a la Asamblea Nacional de diciembre de 2015», apunta.
En esos trabajos preparatorios antes de su llegada al país, señala que junto a Shannon esperaban que el conflicto se agudizase y diseñaron la estrategia para aproximarse del modo más adecuado. «Como suponíamos el conflicto se hizo aún mayor y no resultaba fácil ponerse en medio. Creímos que el mejor modo de aterrizar en Venezuela no era yendo de la mano de un líder opositor, sino siendo aceptado como observador del proceso electoral», explica.
Para conseguir ese estatus necesitaba un aval «lo más cercano posible al Gobierno de Maduro», según indica dado que los observadores electorales tenían que pasar muchos filtros para ser finalmente aceptados.
ASESOR DE ALTO NIVEL EN CARACAS
En este momento es cuando Zapatero decide recurrir a Juan Carlos Monedero, que ha ya había emergido como líder de Podemos junto a Pablo Iglesias y a quien ya conocía previamente.
«Sabía que había asesorado a Chávez durante un largo periodo y también a otros gobiernos latinoamericanos de izquierdas. Así que le expliqué un poco la idea y prometió echarme una mano. Y gracias a sus gestiones me llegó la invitación para ser observador del proceso», sostiene.
Antes de fundar Podemos, Monedero fue asesor del expresidente venezolano Hugo Chávez durante casi una década, desde el año 2004 hasta la muerte del dirigente en el año 2013. Monedero fundó el Centro Internacional Miranda, y despachaba con frecuencia con él en el Palacio de Miraflores de Caracas, según ha contado él mismo.
En todo caso, Zapatero apunta que a su juicio –«después de casi una década viajando a Venezuela»– las relaciones y las influencias de Podemos con el chavismo fueron «mucho menores de lo que se han dicho» y «había gran parte de leyenda en eso», añade.
«HA VALIDO LA PENA PORQUE ME HE SENTIDO ÚTIL»
Zapatero hace un balance positivo de su tarea como mediador y considera incluso que se llegó a evitar una guerra civil en el año 2017.
«Uno siempre intenta consolarse con la tarea que ha llevado a cabo, que ha costado muchos esfuerzos», afirma. «Ciertamente se ha evitado una guerra civil que perfectamente podía haber estallado en Venezuela», afirma. En este sentido señala que llegó un momento, a finales de 2017 en que el oficialismo se impuso en las elecciones, la oposición se dividió, se agudizó la crisis económica y las protestas se adueñaron de las calles, según indica.
«Hubo más de un centenar de muertos, y miles de heridos», un momento muy delicado que a su juicio podría haber derivado en guerra civil y a su vez «en un conflicto civil en Latinoamérica de dimensiones imprevisibles».
Según su visión de los hechos «afortunadamente» se abrió una primera vía de diálogo en Santo Domingo (República Dominicana) en las que Zapatero jugó un papel crucial y que sirvieron para «evitar la tragedia». Ese proceso, sin embargo, fracasó a los pocos meses en febrero de 2018 después de que Zapatero propusiese un acuerdo que firmó el Gobierno de Maduro pero rechazó la oposición.
«Haciendo balance de mi labor como mediador, creo que ha valido la pena, porque me he sentido útil de poder ayudar en Venezuela y a los venezolanos», sentencia.