El París SG conquistó este domingo, a tres fechas para el final, su duodécima liga francesa, sellada tras la derrota 3-2 del Mónaco contra el Lyon. Ahora, el conjunto parisino sueña con un triplete con la Copa de Francia y la Liga de Campeones.
El empate concedido ante Le Havre el sábado en el Parque de los Príncipes (3-3) había retrasado esta nueva corona, pero Lyon cerró el suspense al relegar a los monegascos a 12 puntos de los parisinos cuando sólo restan nueve puntos en liza.
Los parisinos no temieron en ningún momento por la consecución del título a lo largo de una temporada que han dominado de principio a fin, al contrario que en el ejercicio precedente en el que sintieron hasta el final en su nuca el aliento del Lens.
El inicio de curso no fue sin embargo sencillo para un equipo sin rodar con la llegada del antiguo seleccionador de España Luis Enrique. El PSG no se alzó al liderato de la tabla hasta el 11 de noviembre en Reims (3-0).
Aquella tarde, Kylian Mbappé marcó un triplete y Luis Enrique le pidió hacer más, en un primer episodio de una relación tensa, donde el anuncio de la marcha de la superestrella el próximo verano (boreal) llevó al técnico a dosificar su tiempo de juego.
A pesar de ese contexto de amplias consecuencias en el plano deportivo y económico, ningún rival logró seguir el ritmo del rodillo parisino, decidido a conquistar el título, y lo antes posible.
El equipo, cuyo juego de ataque y su intensidad fueron tomando el sello del antiguo entrenador del Barcelona, dominó sus duelos contra grandes del fútbol galo como Lyon, Marsella, Lens, y Mónaco, concediendo sólo una derrota, contra el Niza en el Parque de los Príncipes en un ya lejano 15 de septiembre.
‘Obligatorio ganar’
Desde hace varios meses el PSG cuenta con un decena de puntos de ventaja sobre Mónaco, Brest o Niza, aniquilando todo suspense sobre la identidad del campeón de la liga francesa. Fue pues el desenlace más lógico, pero también por el presupuesto astronómico del club parisino, que gastó 90 millones por hacerse con Randal Kolo Muani y que puede hacer frente al salario de Kylian Mbappé.
Pero también se vio ayudado por la irregularidad de equipos como el Marsella o el Lyon, desde muy pronto descolgados de la carrera por el título.
Luis Enrique había manifestado días atrás la falta de «urgencia» por certificar el título. «Lo importante no es cuando suceda. Lo más importante es cómo jugamos».
El técnico es también consciente de sus ventajas: «Tenemos la mejor plantilla, el mejor presupuesto, por lo que es casi obligatorio ganar el campeonato, pero lo logramos siendo superiores».
Euforia
Ese título precoz permite al PSG centrarse en la Copa de Francia y la Liga de Campeones.
No ganar la primera en la final el 25 de mayo contra el Lyon, al que recientemente aplastó 4-1, sería una desilusión después de haber caído las dos últimas temporadas en octavos de final.
Pero el objetivo prioritario del club y de su propiedad catarí QSI desde su llegada en 2011, se presenta más complicado, con pesos pesados como el Real Madrid y el Bayern de Múnich aún en liza.
Pero antes, espera al PSG una semifinal ante el Borussia Dortmund alemán, los días 1 y 7 de mayo.
La perspectiva de disputar la vuelta en el Parque de los Príncipes y la euforia nacida luego de eliminar al FC Barcelona en abril (derrota 3-2 en el Parque de los Príncipes, victoria 4-1 en Montjuïc) podría dar un plus de confianza a los parisinos.
Luis Enrique no esconde su ambición por el triplete: «Es una motivación hacer algo que nunca se ha hecho en Francia para marcar la historia de nuestro club, de la ciudad y del país». Pero avisa: «El camino es aún largo y tortuoso».
AFP
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