Se cumplieron los pronósticos. El exministro de Seguridad Pública José Raúl Mulino, a punto de cumplir 65 años, es el ganador de las elecciones presidenciales de Panamá con mayor suspense de la historia. Y no por el resultado en las urnas, en las que el candidato aupado por el expresidente Ricardo Martinelli en su refugio en la Embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá, se mantuvo con ventaja desde la primera papeleta.
Por El Mundo
La candidatura del abanderado de Realizando Metas estuvo en entredicho hasta el viernes pasado, cuando la Corte Nacional de Justicia decidió por mayoría avalarla frente a las acusaciones de inconstitucionalidad.
«¡Amigo, misión cumplida Ricardo», se congratuló el populista Mulino, que niega ser ultraderechista: cosechó el 34,37% de los votos, suficientes para proclamarse vencedor porque en Panamá no existe segunda vuelta o balotaje.
A casi 10 puntos, con el 97% de las mesas escrutadas, quedó Ricardo Lombana, candidato anticorrupción de origen asturiano, con el 24,90% de los votos. El expresidente Martín Torrijos, miembro del Grupo de Puebla, se tuvo que conformar con el 16,02% de los apoyos.
«Este que está aquí no es títere de nadie», alardeó Mulino, a la vez que aseguraba que «se acabó esa vaina, óiganlo bien, se acabó la persecución política, se acabó la manipulación del Ministerio Público (Fiscalía)», en evidente referencia a su jefe político, Ricardo Martinelli, cuya campaña paralela desde su asilo en la embajada nica lo convertirá en el octavo presidente de Panamá desde la restauración de la democracia tras la invasión estadounidense de 1989.
De hecho, Mulino buscó la bendición de Martinelli al acudir a la embajada durante el domingo electoral. Su jefe de filas le recibió junto a su perro Bruno, convertido en una estrella en las redes sociales.
La condena que pesa sobre Martinelli (10 años de cárcel por blanqueo de capitales) acabó con su candidatura presidencial en febrero cuando encabezaba todas las encuestas. Pero consiguió trasladar sus apoyos a su compañero de ticket electoral, Mulino.
«Somos la principal fuerza de la oposición», reivindicó Lombana, que tendió la mano al ganador, pero que también avisó que le encontrarán en las calles si se atreve a revisar el contrato minero, que el año pasado provocó una ola de protestas que debilitó aún más al gobierno del socialdemócrata Laurentino Cortizo.
Uno de los grandes fracasados del día electoral fue Rómulo Roux (Por Un Mejor Panamá), quien en las elecciones de 2019 cayó derrotado por un escaso 2% frente a Cortizo.
Fue precisamente la muy criticada gestión del líder del Partido Revolucionario Democrático (PRD) la que impidió que el candidato oficialista, Gaby Carrizo, apenas llegó al 5,81% de los apoyos para obtener finalmente el sexto lugar. Una vez más en las Américas, el voto de castigo contra el partido en el gobierno pulverizó las posibilidades de su abanderado.
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