En Venezuela, el Observatorio Venezolano de la Violencia y organizaciones no gubernamentales alertan que el suicidio juvenil es un tema invisibilizado, a pesar de ir en aumento desde 2017, de acuerdo con sus cifras, por lo que piden políticas públicas para evitarlo.
Adriana Nuñez Rabascall | Voz de América
La salud mental de niños y adolescentes, en Venezuela, se vio alterada en el último año por el cierre de escuelas y el confinamiento, producto de la pandemia, y por la crisis económica, advierte la organización Centros Comunitarios de Aprendizaje, Cecodap, dedicada a la atención de la infancia.
«Estamos viendo una mayor preocupación, un sentimiento de desesperanza, pocas perspectivas de mejora en el corto o mediano plazo, los niños y adolescentes resienten que su familia no está disponible emocionalmente para ellos, no ven con claridad una mejoría en lo social”, explica a la Voz de América, Abel Saraiba, psicólogo social
En 2020, un 39% de los jóvenes que acudió a consulta psicológica en Cecodap presentaba alteraciones en el estado de ánimo, como ansiedad y depresión. Según su informe, de los 339 casos de menores de edad con alteraciones, 72 mostraba ideaciones suicidas.
Saraiba indica que: “Vemos comportamientos cada vez más frecuentes de autolesiones, cortes en el cuerpo, mensajes a través de redes sociales que dan muestra de desvalorización hacia sí mismos y un incremento de los pensamientos de muerte y suicidio. Esto es algo que no veíamos de la misma manera desde hace un año y medio».
El Observatorio Venezolano de la Violencia y Cecodap revelan que, en el primer semestre de 2020, diecinueve niños y adolescentes se quitaron la vida en el país.
Este psicólogo sugiere a las familias no descuidar ni banalizar las publicaciones de sus hijos en redes sociales, además de prestar atención a sus cambios de conducta.
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