Ecuador cumple este lunes tres semanas de aislamiento con un creciente balance de víctimas por COVID-19, 191 fallecidos y 3.747 contagiados, y un cuerpo médico cada vez más castigado por el cansancio y los síntomas de la propia enfermedad.
EFE
De acuerdo a los distintos portavoces del ámbito sanitario, de «417» a «más de 1.600» miembros del personal hospitalario, entre médicos, enfermeras, técnicos y administrativos, han padecido o se ven afectados con síntomas del coronavirus, unos confirmados y otros no.
La cifra exacta de contagios se desconoce por el momento, pero existe una notoria disparidad entre los datos ofrecidos hoy por el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, y las que dio el domingo su viceministro, Ernesto Carrasco.
El titular de la cartera indicó en rueda de prensa que son «417 los profesionales de han dado positivo en las pruebas, por lo que han sido sometidos a cuarentena, y en los próximos días se incorporarán a su trabajo».
Pero en una entrevista previa con el canal local Ecuavisa reconoció que la situación parece ser peor porque reconoció que hay «un número importante de personas» entre el cuerpo médico que «son sospechosas de tener la enfermedad».
Sin embargo, el viceministro Carrasco cifró el domingo en «más de 1.600 (los) contagiados», y mencionó 10 decesos relacionados con la actividad laboral de atención hospitalaria, aunque el Colegio Médico Provincial de Guayas, epicentro del la pandemia en Ecuador, asegura que hay más.
El contagio de facultativos y personal médico se ha convertido en una trampa para el país, que trata de derivar personal de las provincias menos afectadas a las que más están sufriendo los embates de la crisis.
En una rueda de prensa, el viceministro de Gobernanza y Vigilancia del Ministerio de Salud Pública, Julio López, se refirió hoy a recientes contagios de médicos del hospital Baca Ortiz en Quito.
«Los doctores que resultaron contagiados los pusimos en aislamiento y las instalaciones fueron descontaminadas», aseguró.
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También las enfermeras de Guayaquil, las más afectadas por los contagios de coronavirus en Ecuador, se han declarado «agotadas de pedir ayuda» para desarrollar sus labores y quejado de la falta de respuesta a la necesidad de equipos de protección.
Para suplir las acuciantes necesidades del personal que va acusando bajas, las autoridades han iniciado un proceso de contratación y el viernes se anunciaron nuevas plazas para 700 médicos, enfermeros y auxiliares, un centenar de los cuales se han incorporado a los hospitales de Guasmo Sur y Monte Sinaí en Guayaquil.
Y es que tres semanas después de declararse la emergencia nacional, que ha paralizado por completo al país y paralizado el 70 por ciento de la actividad comercial, la provincia de Guayas y su capital, Guayaquil, siguen siendo la zona cero de contagio.
Allí se registran el 67,6% de los contagios (2.534) y el 68,% (130) de los fallecimientos.
No obstante, en los últimos días parece haber una ralentización en el incremento de los contagios en esa provincia: de los 326 y 302 del miércoles y jueves, respectivamente, a los 145 del viernes, 14 del sábado, 122 del domingo y 10 de este lunes.
Estadísticas que las autoridades toman con pinzas porque parten de la base que hay un notorio «subregistro» de casos, propio de las circunstancias de excepción y de pruebas tomadas hace varios días.
La segunda provincia más afectada es Pichincha, de la que Quito es capital, con 395 contagios (10,5%) y 10 fallecimientos (5,2%).
El resto se reparten por las otras 22 provincias del país, sobre todo en Los Ríos (158 casos de contagio y 10 muertes) y Azuay (100 contagios y 5 fallecidos). Las demás están aún bajo la centena.
EFE
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