Como era de esperarse, ni vendedores ni compradores cumplen con los protocolos de bioseguridad, distanciamiento y uso del tapabocas. Mucho menos hay alcohol ni donde lavarse las manos.
Como una feria se encuentran las adyacencias a la estación Libertador del Metro de Maracaibo y Puente España, en el casco central de la ciudad. El movimiento comercial es intenso y sin control ni medidas de bioseguridad.
Los comerciantes informales “migraron” ante la imposibilidad de expender sus productos en el mercado Las Pulgas y áreas aledañas. Ahora tomaron la vía que conduce a Sabaneta y los alrededores.
Como era de esperarse, ni vendedores ni compradores cumplen con los protocolos de bioseguridad, distanciamiento y uso del tapabocas. Mucho menos hay alcohol ni donde lavarse las manos.
Dos cosas llaman la atención de esta situación. Primero que este mercado improvisado es un desacato a la orden regional que prohíbe la permanencia de buhoneros en toda esa área donde en mayo de 2020 se desató uno de los principales focos de Covid-19 del país.
Segundo, que esto sucede ante la mirada de los efectivos policiales y de la guardia nacional, quienes, aunque se mantiene “resguardando” la zona, permanecen inmutables ante el caos que prevalece a unos pocos metros.
Por su parte, los comerciantes informales aluden a su derecho a “buscar el sustento para su familia” y a la necesidad de mantenerse productivos a costa de lo que sea.
Precios de oferta pero mucho riesgo
En ese embrollo de tarantines y vendedores ambulantes se puede adquirir desde pescado y queso, hasta una amplia variedad de verduras, frutas y víveres a muy bajo precio en comparación con los precios en otras zonas comerciales.
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