Una clínica privada que trabaja conjuntamente con el gobierno de Florida en tests del COVID-19 va a ser investigada por la Fiscalía por cobrar ese servicio, un hecho que el gobernador estatal, Ron DeSantis, tachó de «inaceptable» cuando las cifras de casos confirmados en el estado sobrepasan los 3.000.
EFE
En una conferencia de prensa esta tarde, DeSantis no nombró a la clínica, pero varios medios locales coinciden en señalar a Larkin Community Hospital, que recientemente abrió un sitio de pruebas en Hialeah, ciudad aledaña a Miami, y estaba cobrando 150 dólares por prueba.
«Hemos visto informes de un hospital en la ciudad de Hialeah y Miami-Dade que está cobrando a las personas 150 para hacerse la prueba de COVID-19», dijo DeSantis.
«Eso no es aceptable aquí en el estado de Florida. El presidente (en referencia al mandatario estadounidense, Donald Trump) ha dejado claro que las pruebas son gratuitas. Voy a pedirle a la fiscal general (Ashley) Moody que investigue inmediatamente este hospital», agregó el gobernador.
Jack Michel, médico y CEO de la clínica Larkin, le dijo a la filial de CBS en Miami que, en efecto, cobra 150 dólares por la prueba, pero pensó que era normal y citó a los laboratorios privados LabCorp y Quest, que según él reciben un pago por la prueba.
«Si creen que esto es algo ilegal, entonces dejaremos de hacerlo. Si necesitamos cerrarlo, lo cerraremos. Pero esperamos no tener que hacerlo. Necesitamos evaluar a más personas», agregó Michel al medio local.
El perfil de Twitter de Michel, donde el CEO de la empresa va notificando las cifras de casos confirmados en el sur de Florida, no aparece ninguna referencia a este incidente.
Además del centro de Hialeah, Larkin Community Hospital tiene otro en South Miami.
En principio, el centro de tests de Hialeah abrió hace una semana para dar servicio a personal sanitario y bomberos, pero al llegar el público general fue que trascendió el cobro por las pruebas.
Por otra parte, DeSantis afirmó este viernes que se ha visto una «regresión» del número de vuelos hacia el estado después de ordenar una cuarentena a viajeros procedentes de Nueva York, y que ahora el foco de contención está en los viajes por carretera sin ordenar el cierre de la frontera.
«Estamos tomando medidas con la patrulla de carreteras para proteger la frontera de la Florida», agregó, sin anunciar el cierre total de la demarcación.
Aunque se mantiene en no imponer una cuarentena general para no agrandar el impacto en la economía, DeSantis anunció que el estado, que tiene entre sus principales ingresos al turismo, suspenderá durante 15 días los alquileres de casas para vacaciones.
Los casos confirmados de COVID-19 por el Departamento de Salud de Florida ascienden a 3.198 y las muertes llegan esta noche a 46.
Los condados sureños de Miami-Dade y Broward siguen siendo los más afectados, con 849 y 612 contagiados, respectivamente, mientras que el de Palm Beach cifra 230 casos.
El condado de Miami-Dade registró además hoy su primera víctima fatal.
Así como Miami, varias ciudades del sur de Florida han establecido internamente el «toque de queda», entre ellas Miami Beach, Sunny Isles Beach, Cayo Vizcaíno, Homestead, Coconut Creek y Hallandale Beach.
El acceso a los Cayos del sur de Florida fue cortado este viernes por las autoridades del condado Monroe, donde se encuentran estos islotes turísticos y hay 17 casos reportados.
Solo pueden acceder al lugar residentes y personal imprescindible.
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