El coronavirus COVID-19 se ha convertido en una calamidad para los gobiernos del mundo. No solo se trata de un problema de salud pública, sino que ha sometido a los mercados bursátiles a la peor caída de la historia contemporánea, afectando las economías de las naciones.
Venezuela no está exenta. Llegó el virus y, según expertos, la economía también se verá golpeada mientras el país atraviesa una emergencia humanitaria compleja que ha obligado a migrar a más de 5 millones de personas.
Ante el llamado a quedarse en casa como medida de prevención, decretado desde la administración de Nicolás Maduro, muchos trabajadores sopesaron las consecuencias de acatar o no estas indicaciones. Solo 6 sectores productivos tienen salvoconducto para circular libremente por el país mientras dure la cuarentena.
Sin embargo, hay empleados que si no cumplen con su horario de trabajo ven distante la posibilidad de cobrar la próxima quincena. “Los trabajadores venezolanos tienen la plena disposición de asistir a sus trabajos porque si no trabajan no comen”, dijo Froilán Barrios, presidente del Movimiento Laborista e integrante del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess).
Aseguró que la situación laboral en Venezuela se agravó con la llegada de la pandemia: “Hay un sentimiento de expectativa en el trabajador porque estas condiciones limitan aún más su poder adquisitivo”.
La escasez de gasolina que comienza a reportarse en algunos estados del país, de acuerdo con el dirigente sindical, es un obstáculo para los trabajadores que deben asistir a sus puestos de empleo a pesar de la cuarentena. “El tener gasolina ahora se ha convertido en un privilegio”, dijo.
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Advirtió que ha recibido denuncias de trabajadores que han sido amenazados de perder sus puestos de trabajo si no cumplen con el horario y la asistencia. “El trabajo requiere la presencia física y hemos recibido quejas de trabajadores amenazados a perder su empleo. Ellos dicen: ‘Si no accedo no me pagan’. Y el empresario les dice: ‘Si no estás aquí no estoy obligado a pagarte’. Pero, además, hay que evaluar que hay algunos sitios en los que desde los vehículos oficiales amenazan a la gente para que no salga de su casa”.
Rodrigo Penso, coordinador nacional del Fadess e integrante del Movimiento Solidaridad Laboral, recordó las dificultades que presentan los trabajadores del sector público para llevar una vida, relativamente, normal en un país hiperinflacionario.
“Los únicos que se ven, si se quiere, beneficiados por el patrono son los trabajadores del sector privado. En muchos casos, la empresa privada consciente de las limitaciones en el país ha optado por pagarles el traslado de su casa al trabajo y viceversa. Muchos otros reciben bonos o parte del salario en divisa, pero con el sueldo del trabajador público no se puede vivir”, dijo Penso.
Resaltó que en ocasiones el empleado llega a “acuerdos amistosos” con el patrón directo, que generalmente se trata del gerente o un empleado con un cierto grado de poder sin tratarse precisamente del dueño o presidente de la empresa, para que se le condonen los horarios o recibir una comisión extra por su trabajo.
“Muchos jefes en el sector público han sido flexibles. La situación es tal que en los colegios y liceos se observa un ausentismo del personal porque no tienen ni para pagar el transporte. Hemos sabido de padres que hacen vacas para pagarle a los maestros. También en las universidades se ha adoptado esta modalidad, los muchachos hacen vaca, les pagan el almuerzo o se encargan de movilizar a los profesores para poder ver clases”, indicó Penso.
Mientras transcurría el cuarto día de las dos semanas de cuarentena decretada por Maduro, en cadena nacional anunció la aprobación de un nuevo bono a través del carnet de la patria para beneficiar a las familias y compensar la bonificación emitida en el mes de marzo, a propósito de la llegada del coronavirus a Venezuela. Se comprometió a “proteger” a los trabajadores informales, registrados desde 2018 en el Sistema Patria.
Ambos dirigentes sindicales aseguraron que se trata de una ayuda discriminatoria y poco incluyente, dado que esta solo llega a un reducido número de venezolanos que cuenta con el carnet partidista.
“El gobierno quiere dar una imagen de paz, de que tiene la capacidad de contener el virus, pero hay que reconocer que no estamos ni cerca de lo que se vive en Europa. Esto me parece, en pocas palabras, demagogia. De nada sirve bono de 300 mil bolívares cuando la inflación está pulverizando su propio bono”, puntualizó Barrios.
“Si el bono fuera para todos, sería una buena medida porque el único carnet de la patria que yo reconozco es la cédula de identidad. Emitir un bono a través de un carnet que solo tienen unos pocos y porque se han visto obligados a sacarlo, es inconstitucional y discriminatorio”, añadió Penso.
Barrios agregó que es necesario que se evalúe la situación económica, siguiendo modelos adoptados en otros países. “Hasta ahora no se han anunciado medidas para preservar los puestos de trabajo, como lo han hecho otros países. El precio del pasaje se ha triplicado, precisamente, por la misma escasez de gasolina. Maduro solo ha hecho un par de menciones sobre el pago de nóminas, pero no más. No hay la certeza de una disposición gubernamental de que se les vaya a reconocer el sueldo mientras dure esta cuarentena”.
Con información de Hispanopost
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