Las penurias por la que atraviesan los venezolanos son muy similares a las que sufren los cubanos de a pie. La receta es la misma: escasez de alimentos, agua y medicinas, cuarentena impuesta con represión, y ocultamiento de las verdaderas cifras de contaminados del coronavirus.
Las autoridades de los denominados Consejos de Defensa en varias provincias cubanas decretaron el cierre total de varios territorios por el brote del coronavirus, informaron a Radio Televisión Martí residentes de esas localidades. Todos comentaron las carencias y dificultades que están enfrentando en medio de las medidas tomadas por el régimen para mantener el distanciamiento social y prevenir el contagio con el virus.
El martes se impuso el cierre total de Nueva Gerona, en Isla de Juventud (antigua Isla de Pinos). Más de medio millón de cubanos enfrentan la amenaza del coronavirus con muy poco agua. El presidente del Partido Autónomo Pinero, Ramón Salazar, aprovechó la ocasión para “exhortar al gobierno a actuar porque el gran contagio que va a venir para Nueva Gerona va a ser producto de las colas en la compra de alimentos”.
En Caibarién, poblado al norte de la provincia de Villa Clara, en el centro de la isla, … permanecen varios centros como es Villa Azúcar y un motel en la playa donde tienen a los sospechosos, cuenta el residente Rafael González.
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De acuerdo con González, “hay unos quioscos de (venta) de viandas y demás trabajando y con eso vamos consumiendo algo. No hay nada para enfrentar esto”.
Cuatro zonas de los municipios de Taguasco y Cabaiguán en la provincia de Sancti Spíritus, fueron aisladas, según el periódico oficial Escambray .
Pide medidas para frenar el coronavirus en su ciudad y recibe una carta de advertencia. El periodista independiente Adriano Castañeda afirmó que allí no han repartido los módulos prometidos, entre otros problemas.
“Taguasco y Cabaiguán no tienen el módulo (canasta) que van a dar por la libreta de abastecimiento (racionamiento). En Cabaiguán, además hay una situación (falta) con el abasto de agua”.
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También en la provincia de Camagüey tres consejos populares fueron aislados, informó el director provincial de Salud Pública. Desde allí, el director de la revista La Hora de Cuba , Henry Constantín, explicó que son zonas muy humildes y con mucha población.
Cuentapropistas cubanos a la deriva ante la pandemia
“He escuchado a los propios policías quejándose -dijo- que ellos están abrumados. La necesidad de salir a la calle de mucha gente es inevitable”.
En el poblado de Banes, en la oriental provincia de Holguín, solamente se entregó el módulo de aseo. Debido a la paralización de los coches, único medio de transporte con que cuentan sus habitantes, aumenta la cantidad de personas caminado en busca de alimentos, dijo William Tamayo.
Tamayo se cuestionó: “¿Dónde está el alimento del turismo que nos prometieron?”. “Como han cerrado todos los quioscos de cuentapropistas, aquí estamos pasando un hambre terrible”, recalcó.
En el territorio de Baracoa, en el oriente de la isla, fue cerrado este martes, comentó Emilio Almaguer, residente de la zona, ante el incremento de personas internadas bajo sospecha de contagio con coronavirus. Se reportó incluso una protesta por las malas condiciones en uno de los centros de aislamiento, lo que llevó a las autoridades a buscar otro lugar, que al menos tuviera agua.
“Estamos comiendo en el día a día. Tenemos que salir (a la calle) todos los días (a buscar alimentos). Si no nos mata la epidemia, nos va a matar el hambre”, indicó.
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Más de la mitad de los cubanos viven en condiciones de pobreza.
La gente desesperada sin comida
Residentes en varios territorios de Cuba afirmaron a Radio Televisión Martí que desde finales de marzo, cuando se entregaron las cinco libras de arroz por persona correspondientes a la canasta básica, es imposible encontrar el cereal en la red de tiendas en todo el país.
El arroz, que es un alimento esencial en la alimentación de los residentes en la isla, no se encuentra tampoco en las Tiendas Recaudadoras de Divisas, (TRD), ni tampoco en el mercado negro, añadieron los consultados.
En Mayarí, en la oriental provincia de Holguín, el desabastecimiento de alimentos ha provocado aglomeraciones de personas frente a tiendas y mercados. Del módulo (canasta de productos básicos) prometido por el régimen, solamente se ha vendido a la población jabón de baño y de lavar, informó la activista de la Corriente Martiana, Teresa Miranda Céspedes. “¿Arroz? ¿De dónde arroz? No hay arroz. Aquí hay personas que se comen en el día el pancito que les llega. La gente anda desesperada (en busca) de comida porque no hay nada que comer”, afirmó.
Leydis Tabares, quien está en cuarentena obligatoria en el Consejo Popular de Buenos Aires, en Camagüey, comentó: “Nadie tiene (arroz). En el mercado vendieron un arroz de consumo animal, amarillo, húmedo, y tuvo que intervenir la policía. La gente tiene que comprar eso, no hay otra cosa. La canasta básica te alcanza para los primeros cinco días”, explicó.
El activista Guillermo del Sol, en Santa Clara, en la central provincia de Villa Clara, comentó que “me imagino que todo el arroz de primera calidad que tenían recopilado para los hoteles del turismo, (también está) la reserva de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, está en almacenes”. Añadió que las autoridades prohibieron su distribución, “como lo han prohibido todo y no han dicho cómo se va a resolver el problema”.
El periodista independiente Jorge Bello reportó que en Güira de Melena, en las afueras de La Habana, tuvo lugar una aglomeración de personas el miércoles para comprar pan. Según Bello, el hecho guarda relación con el faltante de arroz. “Muchas personas estaban comprando pan porque no tienen arroz para cocinar, no existe”, recalcó.
Dagoberto Martínez Martínez, quien vive en La Coloma, en la occidental provincia de Pinar del Río, expresó que los habitantes de la región están aislados y desabastecidos. “Aquí no hay un grano de arroz partido por la mitad. La ayuda esa que están anunciando por las redes informativas del sistema es solamente para la televisión”, aseguró.
Este miércoles, el representante en Cuba de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), José Moya, afirmó que en la isla debe haber una mejor organización en la entrega de alimentos, porque las colas aumentan el riesgo de contagio.
