Para frenar los repuntes de covid-19 durante el verano, el Gobierno argentino emitió este viernes un decreto en el que pide a los gobernadores provinciales restringir la circulación nocturna si así lo requiere la situación epidemiológica, y prorrogó el cierre de fronteras al turismo internacional.
EFE
Tras dos días de idas y vueltas, en los que se generó una fuerte polémica con el arco opositor por la supuesta decisión del Ejecutivo nacional de ordenar medidas en todo el país, finalmente se optó por marcar pautas de riesgo pero dejar al criterio de los mandatarios de cada provincia el aplicarlas o no y el modo de hacerlo.
«El mundo y la Argentina estamos en un momento bisagra donde se inicia la campaña de vacunación, pero a la vez tenemos que seguir cuidándonos», dijo el jefe del Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, en una rueda de prensa en Buenos Aires en la que remarcó que también en todo el mundo se están tomando medidas para bajar la carga de circulación de personas.
LIMITAR LA «CIRCULACIÓN NOCTURNA»
El texto establece dos «parámetros de riesgo» que deberán tener en cuenta las autoridades para restringir la circulación: cuando el cociente entre el número de casos confirmados acumulados en los últimos 14 días y el número de casos de los 14 días previos sea mayor a 1,20 y cuando el número de confirmados acumulados de las últimas dos semanas por 100.000 habitantes sea superior a 150.
«️En función de estos indicadores, el Gobierno Nacional faculta a las autoridades locales que apliquen medidas para disminuir los contactos, priorizando la limitación de la circulación nocturna y manteniendo el cumplimiento de los protocolos vigentes», señala el texto.
La preocupación del Ejecutivo de Alberto Fernández se da en un contexto de fuerte aumento de la curva de contagios en la temporada estival, algo que se atribuye a la mayor desatención de la sociedad a las medidas de distanciamiento -con estampas de playas llenas y fiestas clandestinas- pero también a los ecos que dejaron concentraciones multitudinarias como el velatorio de Diego Maradona a fines de noviembre y las manifestaciones en torno a la ley del aborto hace menos de dos semanas.
En los últimos tres días, mientras avanza la vacunación al personal de salud con la primera remesa de dosis recibida de la Sputnik-V rusa, volvieron a registrarse más de 13.000 nuevos positivos, algo que no se daba desde finales de octubre pasado, cuando el ritmo de contagios diarios empezó a descender -aunque contándose siempre por miles-, hasta que en diciembre volvió a cambiar la tendencia.
Desde marzo de 2020, Argentina ha registrado 1.690.006 personas con coronavirus, de las cuales 1.484.794 ya se han recuperado y 44.122 fallecieron, y en la actualidad las camas de cuidados intensivos están al 54,7 % de su capacidad en todo el país.
UNAS PROVINCIAS SE ACOGEN, OTRAS NO
Aunque Cafiero dijo el jueves que hubo acuerdo de parte de todos los gobernadores para restringir circulación en horario nocturno, con el paso de las horas el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, peronista como Fernández, adelantó que no se aplicaría en su provincia y trascendieron también discrepancias en Mendoza, Jujuy o la propia ciudad de Buenos Aires, gobernadas por la oposición.
«Definimos reforzar los controles y profundizar las medidas de prevención, sin restricción de horarios y actividades en la medida en que se mantengan los indices actuales de contagio de covid-19. Si ocurre un considerable aumento de casos, nos iremos adaptando a las medidas de restricción para evitar una segunda ola de contagios» escribió en Twitter el gobernador jujeño, Gerardo Morales.
En cambio, en Tucumán, del mismo color político que el nacional, su gobernador, Juan Manzur, subrayó que las restricciones son «para cuidar a las familias tucumanas».
«El presidente Alberto Fernández fue muy claro: Hay una segunda ola de rebrote muy importante, por lo que vamos a tener que empezar a poner limitaciones a la población para contener el incremento de casos de coronavirus», destacó.
De cualquier modo, aún se desconoce la postura concreta de la mayor parte de distritos, y qué alcance tendrá en provincias como la de Buenos Aires, la que más turismo estival concentra.
CONTINÚA LA PROHIBICIÓN AL TURISMO INTERNACIONAL
En otra disposición, el Ejecutivo prorrogó hasta febrero la prohibición de acceso al país a extranjeros o no residentes en Argentina, salvo que sean parientes directos de ciudadanos argentinos o residentes, y la suspensión de vuelos desde y hacia Reino Unido, para evitar la llegada de la nueva cepa del virus.
Asimismo, se determinarán los cronogramas de vuelos y la cantidad de pasajeros que ingresarán en forma paulatina y diaria al país, «especialmente» los provenientes de Estados Unidos y Europa, y se recomendó a los argentinos y en especial a los mayores de 60 años o de grupos de riesgo «diferir sus viajes al exterior, cuando los mismos no respondieran al desarrollo de actividades esenciales».
Desde que se conoció la posibilidad de nuevas restricciones, multitud han sido las manifestaciones públicas de representantes del rubro de la hostelería que advirtieron del impacto que podrían tener en un sector muy golpeado por los meses de cuarentena en los que estuvo el país desde marzo, y que confiaba en la temporada de verano para remontar.
«Respecto a la temporada de verano, tenemos la voluntad de que continúe hasta marzo y se pueda desarrollar tranquilamente», aseveró este viernes el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens.
«Creemos que con la posibilidad que tiene cada uno de los gobernadores de tomar una medida restrictiva sobre la nocturnidad, van a bajar considerablemente los contagios», señaló.
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