La última mesa redonda del I Congreso Nacional COVID-19 ha abordado las principales cuestiones de la Medicina Intensiva frente a la COVID-19, lecciones presentes y futuras, a cargo de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).
El encuentro virtual ha sido moderado por los doctores Pedro Rascado, del Hospital de Santiago de Compostela, y María Cruz Martín, del Hospital de Torrejón de Madrid.
El futuro de la Medicina intensiva
En el encuentro, Ricard Ferrer, del Hospital Vall d’Hebron abordó como ha sido la situación de las Unidades de Cuidados Intensivos ante la pandemia de la COVID-19. En este sentido, el experto ha planteado como “una magnífica oportunidad para la mejora de la organización, estructura y gestión de sus recursos de cara al futuro”.
Tras iniciar su ponencia presentando los datos de los casos registrados en UCI durante la pandemia, apuntó que “la recuperación de la movilidad y el desconfinamiento nos ha ido situando en la nueva situación de riesgo de brotes y segunda oleada, aunque la afectación de las UCI es ahora menor por el mayor número de casos asintomáticos”.
Ferrer habló del enorme aumento de pacientes UCI durante la pandemia, y señaló que España tiene una la clara deficiencia de camas UCI en comparación con otros países europeos. En este sentido, afirmó que con esta situación se abre la oportunidad de modificar o crear una nueva estructura de las unidades UCI, donde haya también colaboración público-privada y se puedan transferir pacientes de unas comunidades a otra.
El experto continuó presentando otros tres retos que se pueden desarrollar para mejorar de cara al futuro, como mejorar la dotación de recursos y materiales (con el ejemplo de los ventiladores o los stocks de farmacia), ampliar los recursos humanos (tanto los profesionales de UCI como los profesionales no habituales que puedan formarse e incorporarse a los equipos multidisciplinares de las UCI) o el impulso a la investigación en la Medicina Intensiva.
“Estamos ante la mayor oportunidad de la historia de la Medicina Intensiva para mejorar y afrontar un cambio estructural”, dijo Ricard Ferrer, del Hospital Vall d’Hebron.
Medidas frecuentes en pacientes
En la mesa también intervino Fernando Suárez-Sipman, del Hospital de la Princesa, quien ahondó en el soporte respiratorio y hemodinámico del paciente COVID-crítico, explicando cuáles han sido las medidas adyuvantes utilizadas más frecuentes para el síndrome del distrés respiratorio en los pacientes con el virus, mientras que el en cuanto al manejo circulatorio de la COVID-19 indicó que se ha seguido las mismas recomendaciones que para el manejo del síndrome de distrés respiratorio de otro origen.
Además, resaltó que la afectación vascular pulmonar está muy presente en los pacientes con la esta nueva enfermedad y que el 50% de los pacientes COVID-19 en UCI tienen tromboembolismo pulmonar.
Las características clínicas y pronósticas del paciente COVID-19 crítico fue el tema que centró la participación de Paula Ramírez, del Hospital Universitario La Fe de Valencia, que cerró la mesa. En su exposición, presentó diversos estudios y series de casos sobre el perfil clínico de los pacientes infectados con SARS-CoV-2 y reflexionó sobre aspectos como cuánto tiempo debe permanecer el afectado en la UCI, o la necesidad de detectar la gravedad de los pacientes para acortar su tiempo de entrada en estas unidades.
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