Un ciudadano israelí devolvió a las autoridades una reliquia arqueológica de casi 2.000 años de antigüedad que había robado en 2005 del Parque Nacional de las Murallas de Jerusalén para limpiar su conciencia a raíz de su temor de que la pandemia del coronavirus sea un indicio del inminente fin del mundo, informa IFL Science.
El objeto robado fue un proyectil de balista con forma de piedra redonda, probablemente utilizado por los habitantes de Jerusalén para defenderse de las tropas del Imperio romano que acabaron por destruir la ciudad alrededor del año 70 d.C.
Tras mantenerlo durante todo este tiempo escondido en su armario, el ladrón se topó con el objeto hace unas semanas mientras hacía limpieza de su casa preparándose para la Pascua judía.
Decidido a corregir su error, el hombre recurrió a la ayuda de Moshe Manies —un redactor creativo a quien conocía de su entorno laboral— entregándole el artefacto histórico con la condición de anonimato para que este lo entregase, a su vez, a la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA).
El encargado de recoger el proyectil fue el inspector de la Unidad de prevención de hurtos de la IAA, Uzi Totsein, quien expresó su aprobación por el gesto del ladrón arrepentido y se mostró esperanzado de que esta historia motive a otras personas que posean ilegalmente objetos de valor arqueológico a seguir el ejemplo y devolverlas al Estado.
Y explicó que de esa forma esos artefactos podrán ser documentados e investigados adecuadamente, además de estar disponibles para que los aprecie el resto de las personas.
Con información de RT
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