Asesores del gobierno estadounidense iniciaron deliberaciones el martes acerca de si existen pruebas de que la vacuna pediátrica de Pfizer contra el COVID-19 es segura y eficaz para niños de cinco a 11 años.
Un estudio con niños de escuela primaria halló que las vacunas de Pfizer previenen la infección sintomática en el 91% de los casos, aunque es un tercio de la dosis que reciben adolescentes y adultos.
En un análisis preliminar la semana pasada, funcionarios de la Administración de Alimentos y Medicamentos dijeron que la protección “superaría de lejos” el riesgo de un efecto secundario muy inusual en casi todas las hipótesis de la pandemia. Ahora los asesores de la FDA están estudiando cuidadosamente esos datos para ver si están de acuerdo.
Si la FDA autoriza las dosis pediátricas, falta un paso: la semana próxima los Centros de Control y Prevención de enfermedades deben decidir si las recomiendan y cuáles niños deben recibirlas.
Si bien el riesgo de COVID-19 grave es menor en niños que en adultos, se han registrado casos entre los de cinco a 11 años, con más de 8.300 hospitalizaciones, un tercio de los cuales requirieron cuidados intensivos. Y casi 100 muertes, dijo el jefe de vacunas de la FDA, doctor Peter Marks, al panel asesor.
“Las infecciones han causado el cierre de muchas escuelas y trastornado la educación y socialización de los niños”, añadió.
“Quiero reconocer el hecho de que hay fuertes sentimientos” en el público a favor y en contra de la vacunación, dijo Marks. Añadió que la discusión sería sobre los datos científicos, “no sobre las órdenes de vacunación, que corresponden a otros organismos por fuera de la FDA”.
Las dosis para adultos de Pfizer y su socio BioNTech están recomendadas para todos los mayores de 12 años, pero los pediatras y muchos padres claman por protección para los niños. La muy agresiva variante Delta ha provocado un aumento alarmante de infecciones pediátricas. Por su parte, las familias están furiosas con las cuarentenas escolares y tener que decir que no a las fiestas y otros ritos de la infancia para mantener alejado el virus.
Los estados se están preparando para distribuir las vacunas —en frascos con tapa naranja para distinguirlos de las dosis adultas— apenas el gobierno dé la luz verde. Más de 25.000 pediatras y otros proveedores de atención primaria se han declarado proveedores de la vacuna.
Los primeros niños estarían totalmente protegidos en Navidad, si los reguladores dan el visto bueno.
El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, ha comprado suficientes dosis de tamaño infantil para los aproximadamente 28 millones de niños de 5 a 11 años del país. Si se aprueba la vacuna, se enviarán rápidamente millones de dosis a todo el país, junto con agujas de tamaño infantil.
Un estudio de Pfizer realizó un seguimiento de 2.268 niños de ese grupo de edad que recibieron dos inyecciones, con tres semanas de diferencia, de un placebo o de la vacuna de baja dosis. Cada dosis era un tercio de la cantidad administrada a los adolescentes y adultos.
Además, los niños pequeños que recibieron las vacunas de baja dosis desarrollaron niveles de anticuerpos contra el coronavirus tan fuertes como los adolescentes y los adultos jóvenes que recibieron vacunas de potencia normal.
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