En plena pandemia de coronavirus, Milena Maia se quedó sin trabajo y en un parpadeo ella y sus tres hijos comenzaron a saltarse las comidas por falta de ingresos. La crisis sanitaria también deja un rastro de hambre y más pobreza en las grandes favelas de Brasil.
AFP
«A causa de esa pandemia quedé desempleada. Hay días que hasta nos saltamos una comida al día porque la situación está difícil», cuenta Milena en su modesta vivienda en Heliópolis, que según cifras municipales tiene cerca de 200.000 habitantes y es una de las mayores favelas de Sao Paulo.
Esta mujer de 36 años, madre soltera, hacía la limpieza de viviendas. Al quedar desempleada tuvo que acudir a las donaciones de alimentos de la ONG Unión de Núcleos, Asociaciones de Residentes en Heliópolis y Regiones (UNAS).
Las favelas de Brasil, el segundo país más afectado por el coronavirus -con 1,9 millones de casos y más de 75.000 muertos-, están entre los focos más vulnerables a la pandemia debido a la escasez de servicios de salud y al precario saneamiento en estos barrios de casas apiñadas.
Además, muchos de sus moradores tenían trabajos informales, que con las medidas de confinamiento se esfumaron.
Menos comida al día
Milena y sus hijos no están solos. En una encuesta con líderes de familia de Heliópolis, realizada por UNAS y la Universidad Federal de Sao Paulo, casi un cuarto de las 711 personas interrogadas revela que se quedó sin alimentos en algún momento durante la pandemia.
Solo un 58% dijo que su familia recibe tres comidas al día, un 38% no desayuna y un 67% disminuyó la cantidad de alimentos, detalla el estudio desarrollado por el Observatorio De Olho na Quebrada, subdivisión de UNAS.
La población más pobre recibe un bono mensual de 600 reales (unos 120 dólares) que entrega el gobierno de Jair Bolsonaro. Según el estudio, 83% de los encuestados pidió el bono, pero solo 32% lo obtuvo.
«Hay un percepción general de que el virus es ‘democrático’, pero las oportunidades no lo son. Entonces el impacto [de la pandemia] es mucho mayor en las periferias, en las favelas», dice a la AFP Reginaldo Gonçalves, coordinador en De Olho na Quebrada.
El Observatorio intentó medir con este estudio, realizado entre el 24 de abril y el 29 de mayo, el impacto de la pandemia en las favelas, a fin de exigir acciones por parte de las autoridades.
«Muchas veces los datos existen pero son de difícil acceso y no hablan exactamente de nuestro contexto. Nuestro proyecto surge de esa necesidad y con el coronavirus es más esencial todavía», señala Joao Vitor da Cruz, miembro del Observatorio.
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