Una larga cola serpentea frente al estadio del Arsenal, pero nadie ha venido a ver al famoso equipo de fútbol londinense. El recinto se transformó en centro de vacunación temporal, en el marco de los esfuerzos británicos contra la variante Delta del coronavirus.
“Hacía tiempo que quería tener la vacuna, es importante para los jóvenes porque nos movemos mucho”, dice a la AFP Oceane Danezan, una estudiante francesa de 20 años que califica el momento de “emocionante”.
Para atraer al mayor número posible de jóvenes en este centro no es necesario pedir cita, ni se pregunta por la situación migratoria de quienes vienen a vacunarse.
La guinda del pastel es una visita gratuita al estadio, donde también se proyectan los partidos de fútbol de la Eurocopa 2020.
El objetivo de las autoridades del distrito londinense de Islington y del servicio de salud pública británico es administrar en cuatro días unas 10.000 primeras dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech.
Tras haber visto disminuir de forma drástica el número de contagios, hospitalizaciones y muertes gracias a un largo y estricto tercer confinamiento durante el invierno y a una masiva campaña de vacunación, el Reino Unido se enfrenta desde hace semanas a un nuevo resurgimiento del virus, atribuido a la variante Delta, identificada originalmente en India y mucho más contagiosa.
Con 95% de los nuevos casos, esta cepa se ha impuesto ya como dominante en el país, uno de los más castigados de Europa por la pandemia que cuenta más de 128.000 muertos.
El viernes se registraron casi 16.000 casos positivos en 24 horas.
– “Un público más amplio” –
Ante esta situación, y como las vacunas se consideran muy eficaces para prevenir formas graves del covid-19, el gobierno de Boris Johnson se plantea haber ofrecido al menos una dosis a todos los adultos e inmunizado completamente a dos tercios de ellos antes del 19 de julio para poder levantar las últimas restricciones aún vigentes.
Para Josephine Marino, de 53 años, es un “deber moral” vacunarse, pero admite que ha esperado hasta ahora para recibir la vacuna de Pfizer en lugar de la de AstraZeneca, que está ampliamente disponible para su grupo de edad en el Reino Unido pero ha sido objeto de varias polémicas, principalmente la aparición en un número reducido e inhabitual de casos de trombos.
Marino trabaja con personas vulnerables y tiene previsto ir próximamente a Italia a visitar a su familia.
“Es bueno hacer estos centros de vacunación efímeros para llegar a un público más amplio”, afirma, considerando que alguna gente tiene “miedo”.
El Emirates Stadium, hogar del Arsenal, no es la primera gran instalación deportiva británica que participa en este esfuerzo de vacunación colectiva, que ya ha administrado una primera dosis al 83% de los adultos y la pauta completa a más del 60%.
El estadio de rugby de Twickenham y el Hotspur Stadium del Tottenham -rival local del Arsenal- también han servido como centros de vacunación masiva, al igual que museos, catedrales y mezquitas.
Pero el nuevo aumento de casos, que afecta sobre todo a personas más jóvenes y no vacunadas, implica también llegar a quienes no han tenido acceso a las vacunas o son reacios a vacunarse, que en el Reino Unido se encuentran especialmente entre las minorías étnicas.
“Trabajo con gente en el sector del comercio donde hay mucho escepticismo, pero intento ser racional. Hay muchos beneficios y mínimos riesgos” al inmunizarse, afirma Sofia Mohamed, una estudiante de 26 años.
Para venir, otro estudiante, Conor Reynolds, también de 26 años, tuvo que superar la oposición de familiares y amigos, así como sus propios temores.
“Estaba paranoico, ha sido difícil”, admite. “Pero (…) cambié de opinión: sólo quiero poder volver a ver a mi hermana”, explica.
AFP
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